En el V domingo del tiempo ordinario el Padre Carlo Magno Núñez, Rector de la Basílica de Suyapa y dando lectura a la homilía del Cardenal Óscar Andrés Rodrígue que por razones ya conocidas no presidió la Eucaristía, nos invita a reflexionar en como Jesús se acerca a la suegra de Simón que esta con fiebre y no puede acercarse, él mostrandole su amor y su deseo de poner fin a esta situación, Jesús se acerca a todos cualquiera que sea nuestra situación el texto dice que la suegra de Simón estaba en cama con fiebre,Jesús se acerco la cogió de la mano y la levanto.
El Padre Magno Núñez en la lectura de la homilía del Arzobispo de Tegucigalpa, nos recuerda que vivimos en una sociedad que esta postrada, una humanidad que se siente enferma, empobrecida y hambrienta el contacto con Jesús que despierta vida e interés por los que sufren y pasión por la liberación de todo mal, Jesús es el hombre que infunde vida y restaura todo lo que esta enfermo.
Se trata de liberar una opresión es decir de una dificultad personal que impide vivir plenamente, a Jesús le importa la vida sus gestos se caracterizan por una cercanía entrañable, con Jesús podemos pasar de la muerte a la vida porque Jesús infunde vida.
El ser humano pasa por dificultades que nos impiden amar y solo podemos ser curados cuando una mano amiga se posa sobre nosotros, esa mano amiga es la presencia del Señor en nuestras vidas, tal vez podríamos preguntarnos hoy cuál es mi fiebre? nuestra fiebre todo aquello que nos impide vivir hoy puede desaparecer en el contacto profundo con Jesús, Jesús es esa mano tendida que nos agarra para sacarnos de nuestra postración para calmar la fiebre y conducirnos hacia el servicio de los otros nuestra humanidad padece actualmente la fiebre de ideologías, de violencia y del sinsentido, cuanta fiebre padece nuestra a sociedad que nos hace observar con indiferencia los millones de hambrientos en el mundo, la violencia de la guerra y esas estructuras injustas que hunden a tantos pobres en la marginación, reflexionó el párroco.
Necesitamos encontramos con Dios y entrar en una relación de amor y de comunión con él, que hoy podremos decirle; tú señor te acercas hasta nosotros como la suegra de Simón y todos aquellos que curaste a la puerta de la ciudad concédenos percibir la dulce proximidad de tu presencia que nos sintamos tomados de tu manos y seamos iluminados por la fuerza de tu amor puntualizó la homilía de hoy.