En la homilía dominical, Su Eminencia el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, se refirió a que en la parábola del Evangelio de hoy, Jesús retrata el amor del Padre, “Él nos revela el rostro misericordioso del Padre, reconocernos deudores, totalmente insolventes aunque beneficiarios de un don absolutamente gratuito que procede de Dios, la práctica nos desvela el verdadero rostro de Dios que solo sabe amar y perdonar”.
Además agregó, que “la parábola pone el perdón como base de la comunidad y de cualquier convivencia humana, este texto del Evangelio existe en la necesidad del perdón para la vida comunitaria, para la vida de relación humana, pero el perdón cristiano nace de la experiencia de haber sido perdonado por Dios, el que ha experimentado la misericordia del Padre no puede andar calculando y midiendo los límites del perdón y de la aceptación del hermano, el perdón no tiene límites”. Apuntó el Prelado.
Y continuó diciendo, que el que se niega a conceder el perdón se castiga a si mismo, “se hace daño aunque no lo reconozca, el odio es como el cáncer que corroe a la persona y envenena las relaciones humanas. Cuando uno logra liberarse del odio, reconciliarse consigo mismo y recuperar la paz, la vida puede comenzar de nuevo”.
Parte del mensaje también se refirió a la situación actual que vive el país, e hizo énfasis en la reapertura inteligente, ¿qué significa pensar que reapertura de Honduras en esta pandemia y después de la pandemia puede ser inteligente? “en algunos aspectos es lo que menos falta, la inteligencia, vemos tantas personas que irresponsablemente no están siguiendo las medidas de bioseguridad, pero otras personas que piensan que esto es todo y que se puede volver atrás, pero es un error queridos hermanos y hermanas, miren otras grandes naciones y ciudades, donde el contagio volvió atrás”.
“Una apertura inteligente, comienza por una apertura inteligente de nuestra propia persona, en esta jornada de hoy, tanto se habla de esa famosa convocatoria de elecciones internas, en una Ley Electoral que va y viene, fruto de negociaciones bajo la mesa sin honestidad y sin verdad, la mentira nunca nos podrá conducir a la paz, porque la mentira es hija del demonio”. Y entonces una reapertura inteligente lleva a una apertura a la verdad que es el Señor Jesús, que nos ha dicho “Yo soy la verdad y la vida”, ojalá entiendan los políticos que la apertura inteligente les toca sobre todo a ellos en esta etapa, no piensen que una apertura inteligente será volver a las mismas maniobras del pasado, en la mentira, en el odio, el que no se reconcilia consigo mismo no pude ser un buen político”.
Apertura inteligente no es querer tapar el sol con un dedo, este Evangelio de hoy nos toca a todos para un buen examen de conciencia, si vivimos reconciliados con nosotros mismos, porque el que no lo ha hecho, jamás podrá efectuar una apertura inteligente a futuro”. Concluyó su Eminencia El Cardenal Rodríguez.