Hay mujeres sencillas. Pocos las conocen y no aparecen en las portadas de los periódicos. Pero son mujeres reales, de carne y hueso y que tienen mucho que decir sobre los retos del siglo XXI.
A Tiziana casi la echan del banco donde trabajaba por quedarse embarazada por segunda vez. Ella consiguió cambiar la mentalidad de sus jefes gracias a pequeños gestos, paciencia, mucho trabajo y después de sufrir mucho en silencio.
Isabel Sánchez cuenta esta y otras 79 historias en su libro “Mujeres Brújula en un bosque de retos”. Allí narra cómo algunas mujeres cambiaron la dinámica de entornos hostiles o contrarios. Una guía que ayuda a mirar la vida con optimismo.
La autora del Libro “Mujeres Brújula en un bosque de retos” Isabel Sánchez sostuvo “Lo que veo es que necesitamos amar al mundo apasionadamente, abrazar esos retos que todos tenemos, que pueden sonar muy grandes y hay que “hacerlos pequeños”, hay que meterlos en la sala de estar de nuestra casa. ¿Y quién nos lo mete, quién nos da una orientación? Pues historias verdaderas. Mujeres brújulas pero de carne y hueso que nos dicen sobre este reto grande yo tuve esta historia y reaccioné así”.
Además Sánchez recoge historias de superación, de audacia pero también de perdón. Es el caso de una mujer que logró perdonar a su marido tras abandonarla durante años con cinco hijos. O la historia de Anna, de Sídney, a quien le dio la peor noticia posible.
“Me dijeron que viviría como mucho 12 meses y eso me impactó profundamente”. Anna tuvo que encajar el golpe y afrontar la última etapa de su vida con valentía. Tenía tres hijos. Isabel Sánchez eligió contar historias de mujeres ejemplares pero corrientes; de personas frágiles que no abrazan la cultura de la queja y ofrecen soluciones a los retos del mundo de hoy.
Serían las “influencers vulnerables”. Dice que son la medicina contra el mito de creerse autosuficientes y la base para crear un mundo solidario.
Autora, del libro “Mujeres Brújula en un bosque de retos” explicó “Para eso necesitamos aceptar nuestras propias limitaciones, nuestros propios defectos, y aceptar los de los demás. Me parece que eso es ser solidarios. Acogernos como somos. FLASH Me parece que se nos educa en una cultura de la imagen en la que queremos corregir continuamente las imperfecciones, que no se noten, taparlas, que no se vean, y eso al final nos hace ansiosos”.
L a escritora señalo que pudo recoger estas historias gracias a sus viajes en más de 50 países. Al dirigir el consejo de mujeres que asesora al prelado del Opus Dei y su trabajo le ha llevado por todo el mundo para conocer como las mujeres de esta institución han implantado su carisma de santidad en lo ordinario de cada país.