- La unidad con Cristo: teniendo contacto cercano con él por medio de la oración y así podamos gozar de su protección amorosa, ofreciendo la oración matutina para la santificación del día, de modo que nuestro jornada sea guiada por la mano de él.
- Sacramento de la eucaristía: sin la participación asidua a la Eucaristía sería un caso imposible querer alcanzar la santidad en nuestra vida cotidiana, debido a que este sacramento nos da la fuerza para la santificación de nuestro ser.
- Leer por día un pasaje Bíblico: haciendo un espacio corto en nuestro día para meditar y así conocer más a profundidad a Jesús a través de sus enseñanzas, para que su vida nos interpele y de esta manera nos muestre como seguir el camino.
- Sacramento de la reconciliación: este sacramento, consigue que nuestra alma se mantenga limpia y a su vez nos renueva. Además, nos encontramos con Dios, quien nos perdona y nos ayuda a aliviar nuestra carga para nuestra santificación.
- El apostolado: este es uno de los medios fundamentales en cual la santificación va cobrando su sentido, porque solo cuando manifestamos con los labios y el corazón nuestra entrega a los demás, podemos decir que estamos unidos a Cristo.
- La Virgen María: orar a la Virgen nos ayuda a dar pasos más sólidos en este camino de la santidad, debido a su ejemplo de sencillez y humildad nos ayuda y enseña a vivir desde el silencio esta gran vocación que es un don de Dios.