“Pidamos a Dios que nos dé un feliz año nuevo”, resaltó el Cardenal Rodríguez en misa de fin de año

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Al final del año 2020, un año lleno de muchos retos y desafíos para el pueblo hondureño, la Basílica Nuestra Señora de Suyapa, se llenó de mucha alegría y gozo al celebrar la última Santa Eucarística, presidida por su eminencia Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, Arzobispo de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, quien con un mensaje muy alentador invitó a la feligresía a comenzar un nuevo año con la mirada puesta en Dios.

Luego de la entonación del Aleluya, en donde se recuerda el nacimiento del hijo de Dios, el máximo líder de la Iglesia en Honduras señaló que “Hoy es el momento para traer a nuestro corazón dos aptitudes de agradecimiento, uno por la vida, haciendo el balance de lo que se ha vivido y hacer una lista de aquello que se puede mejorar para el próximo”.

De igual manera señaló que no se puede dejar de caer en lo negativo, en la tristeza, a pesar de lo vivido por la emergencia sanitaria que se vive en la región ante la presencia del COVID-19, recordando la muerte de cientos de hondureños por el patógeno, también recordando las victimas dentro del sistema de salud, médicos, enfermeras y demás personal.

“Agradecer a Dios lo que hemos vivido, lo bueno, lo menos bueno, lo esperado y lo menos esperado, el dolor y la alegría”, manifestó su Eminencia Rodríguez.

El tiempo es un regalo de Dios, por lo que no se debe de ser agradecido, teniéndolo presente en este nuevo año, tratando de entrar en una sintonía con Dios, mediante la oración, siendo guiados bajo la voluntad, dejándose iluminar por el Espíritu Santo, tomando en serio el camino de la vocación cristiana.

“Un año de gracia del Señor, un 2021 lleno de su presencia, siguiendo aquella palabra sabía que nos dijo San Juan XXIII, el Cristiano es aquel que vive con los pies en la tierra, pero con la mirada en el cielo, todo depende de Dios, trabajamos con Dios y Construimos con El”. Mensaje alentador que resaltó en el último día del año, donde también se recordó estar ungidos bajo la gracia del mismo Dios.

El evangelio de este día, se prestó para comenzar un nuevo año con alegría y esperanza, reconociendo que cada día vivido es un Don recibido, sabiendo que se necesita del amor de Dios, recibiendo su presencia en diversos escenarios.

No hay mejor manera que comenzar el año en gracia de Dios, dejando de un lado el anticristo, siendo el odio, el rencor, el deseo de matar, lo contrario a los mandamientos de la ley de Dios, exaltó en su homilía el Arzobispo de la capital hondureña.

“Pidamos a Dios que nos dé un feliz año nuevo”, con estas palabras, el Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, concluyó su mensaje, para luego dar paso a las intenciones, seguida de la liturgia eucarística.

 

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