Palabra de vida | “El tentador se acercó a Jesús…”

0
4

Al iniciar nuestro camino cuaresmal, de manera maravillosa la Iglesia nos ofrece en este primer domingo, la escena del desierto que evoca alusivamente la crisis de fe de Israel peregrino en las estepas del Sinaí. Y, allí a Jesús movido por el tentador hasta el horizonte palestino, la tierra prometi- da con el “pináculo” (que es la esquina más alta de los muros del Templo, que desciende perpendicularmente sobre el valle de Cedrón) y con el “monte altísimo” que la tradición popular ha identificado con el Monte de la Cuarentena que se encuentra en el estu- pendo oasis de Jericó. Así, Mateo nos presenta a Jesús como el que congrega al verdadero Israel fiel, que no cede a los proyectos diabólicos de poder y de triunfo. En efecto el tentador le ofrece un mesianismo puramente terreno, las piedras convertidas en pan, para alimentar todas sus aspiraciones de este mundo pasajero. Llevado al pináculo, le ofrece como segunda tentación el regalo de publicidad, del ser la estrella del espectáculo siempre. Pero, no logrando convencerlo le lleva a la tercera tentación, la de un mesianismo político. Ser el líder religioso, pero con todas las ínfulas del poder y del bienestar, una idolatría implacable que exigiría una adhesión total y plena a esta sutil propuesta de vanagloria alimentada por la ambición y la sed no sólo de tener más, sino de abarcarlo todo, casi como lo que exigiría la “bestia” que presentará más tarde el apocalipsis. A todas las tres tentaciones Jesús le replica con su única arma, la de la Palabra de Dios. No usa ninguna palabra suya sino sólo la “escrita” en la Biblia. Para el cris- tiano que es parte de este nuevo Israel fiel, asechado por el enemigo, deberá también como Jesús, buscar en la Escritura la fuente y el arma para su combate. Sólo desde esa roca firme, podremos decir como Jesús: “¡Retírate, Satanás…!”.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí