La pastoral juvenil de la zona Subirana, en su tercera reunión ordinaria realizada en la parroquia San Ramón Nonato de Villanueva Cortés, realizaron la elección del nuevo equipo de pastoral juvenil zonal, quedando integrado de la siguiente manera: Asesor, padre Manuel Banegas, parroquia San Antonio Padua; coordinador, Juan Carlos Pavón, San Ramón Nonato; subcoordinador, Fanny Murillo de Nuestra Señora de la Asunción; secretario, José Montoya, Inmaculada Concepción de María; pro secretaria, María José Murcia, San Ramón Nonato; tesorero, David Limas, San Juan Bautista; fiscal, Vivian Martínez, San Miguel Arcángel, medios de comunicación, Wendy Gámez, Nuestra Señora del Carmen; joven enlace pastoral vocacional, Rosa Estefanía Ávila, La Santa Cruz y joven designado: Tania Quiroz, de la parroquia San Antonio Padua.
Palabras del Nuncio Apostólico en Honduras

Amigos todos …
Como sabemos, el 7 de diciembre de 1965, el Concilio Vaticano II aprobó la Constitución Pastoral “Gaudium et spes” sobre la Iglesia en el mundo actual que, no obstante los años transcurridos, sigue teniendo plena vigencia en nuestros días. A ese propósito del Concilio, quise yo también enrolarme como un servidor más de Cristo, a través del servicio diplomático de la Santa Sede.
Desde ese entonces, he querido ser y tener en los lugares en donde la Iglesia me ha necesitado un “sentire cum ecclesia”, tal como lo puso en su escudo episcopal San Oscar Romero. Pero junto a ese propósito, ser un servidor que pueda gestar en cada realidad “Gaudium et spes” (Gozo y esperanza).
Así en este día, nos abrimos al gozo, a la alegría por dejar a la Iglesia de Honduras en este edificio remozado, la voluntad expresa del Santo Padre Francisco, de seguir cercano como Vicario de Cristo, al santo y fiel pueblo de Dios que peregrina en esta tierra hondureña, a través de su servicio diplomático.
Y, esperanza también, por que en nuestro servicio está la fidelidad al depósito de la fe puesto en el poder de las “llaves” confiadas al bienaventurado apóstol Pedro, del cual el Santo Padre es su succesor. Esperanza por esta genuina fidelidad a la Iglesia, que es fidelidad al mismo Cristo, su fundador.
Gozos y esperanzas para el pueblo y la iglesia de Honduras, que ha sabido caminar desde sus inicios cristianos hasta la fecha, con la voluntad siempre firme de permanecer unidos a este principio de unidad visible que es la Sede Apostólica, gracias a las luces del Espíritu Santo.
Es por tal razón, que me permito poner también en sus manos este pequeño obsequio de publicación, de algunos elementos en los cuales la Santa Sede junto a esta su Representación Diplomática, ha sabido gestar a través de los años, esa rica y serena relación no sólo con la Iglesia, sino también con el Estado hondureño y el Cuerpo Diplomático acreditado en esta nación. Motivo tal para expresar al propio Señor las más profundas expresiones de gratitud, por todo el bien que a través de la Santa Sede ha realizado, realiza y seguramente así lo confiamos, seguirá realizando en esta su porción amada.
Gracias a todos los que han hecho de la Nunciatura Apostólica en el pasado y en este presente “La Casa del Papa”, casa de puertas abiertas para suscitar en la escucha el más rico discernimiento que nos pongan también a nosotros en el Proceso Sinodal tan anhelado por el propio Santo Padre.
Gracias a todos lo que han trabajado y facilitado de un modo y de otro, que esta obra de restauración llegase hoy a su termino, y pueda aparecer de nuevo como lo que es en realidad: una joya valiosa en el patrimonio arquitectónico de esta Tegucigalpa querida, por un lado y por otro, un legado de piedra que es historia cristiana que habla por si misma de las palabras siempre vigentes de Jesús a Pedro: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” (Mt 16,18).
Tegucigalpa, el 12 de julio de 2024
Gábor Pintér
Nuncio Apostólico
El edificio de la Nunciatura Apostólica
Este año 2024 entrará de manera inequívoca en los anales de la historia capitalina y nacional, por el hecho que el edificio que alberga la Nunciatura Apostólica, recobra su esplendor arquitectónico al haberse realizado los trabajos de restauración, de modernización y ampliación del mismo. Con un empeñado esfuerzo se ha hecho posible tan necesitada restauración, para un edificio que en la actualidad cumple sus 73 años.
Se iniciaron los trabajos en 1948, su diseño fue elaborado por un arquitecto de apellido Salgado, según las fuentes y los trabajos realizados por el Arquitecto Emilio Montesi, el mismo que construyó el edificio que fue Hospital General, luego Los Ministerios y en la actualidad el Museo de Identidad Nacional (MIN). Fue entonces en 1951 cuando se inauguró dicho inmueble, siendo de estilo historicista con elementos neoclásicos, trabajado con materiales locales como el uso común de la piedra rosada propio de la primera mitad del siglo XX en Tegucigalpa. Con un balcón al primer piso, mismo que evidenciaba el deseo que un Papa se acercara a su barandal para saludar a esos muchos que esperaban su bendición, tal como sucedió ese año de 1983, cuando el Santo Padre Juan Pablo II, saludó y bendijo en su breve estadía en la Nunciatura a los fieles que le querían saludarlo, después del almuerzo.
ANTES




DESPUÉS













































































UN HITO HISTÓRICO: LA VISITA DEL PAPA JUAN PABLO II
El Papa, Juan Pablo II, arribó a Honduras el 8 de marzo de 1983. Centroamérica vivía momentos de enorme inestabilidad política. El gobierno civil dirigido en la presidencia de la República por el ciudadano Roberto Suazo Córdoba, del Partido Liberal, apenas tenía un año de función. El Arzobispo de Tegucigalpa y Presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras, Monseñor Héctor Enrique Santos Hernández y el que fuera en ese momento su Obispo Auxiliar Monseñor Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, fueron quienes estuvieron al frente de la organización de la Visita del Santo Padre junto al Nuncio Apostólico.
El día martes 8 de marzo de 1983, arribó al País el “Emisario de la Luz” (como se le cantaba en el himno oficial), Su Santidad el Papa Juan Pablo II, siendo recibido en el Aeropuerto Internacional de Toncontín por la Conferencia Episcopal, el Presidente de la República, Roberto Suazo Córdoba, el Cuerpo Diplomático y una gran multitud de fieles, deseosos de ver al Sucesor de Pedro.
En su saludo a las autoridades y al pueblo hondureño el Papa expresó:
“Sean mis primeras palabras de sincero agradecimiento al Señor Presidente de la República por su amabilidad en venir a recibirme y por su cordial saludo de bienvenida, que da expresión a las visibles muestras de afectuosa acogida que todos me dispensáis y que me hace sentir en un clima de familia. Agradezco también al Señor Presidente, la amable invitación que me hizo, en unión con el Episcopado, para visitar la querida nación hondureña”.
Encontrándome aquí, quiero compartir con vosotros mi gozo y esperanza, como sólo puede darlos la bondad divina que me permite realizar este viaje apostólico. Por mi parte, y en correspondencia a vuestra entusiasta acogida, deseo estrechar en un gran abrazo de paz a todos vosotros: a los hermanos en el Episcopado que preside Monseñor Héctor Enrique Santos; a los habitantes de Tegucigalpa y a los demás que habéis venido de otras zonas del país; a los que en pueblos y caseríos, dentro de casa o en el campo, me estáis escuchando. Sabed que tenéis entre vosotros y con vosotros a un hermano, que camina a vuestro lado.
En cumplimiento de su misión apostólica, el Obispo de Roma y Pastor de la Iglesia universal está presente en medio del Pueblo de Dios que avanza en suelo hondureño hacia la casa del Padre. Me habéis invitado a venir y, en el nombre del Señor, estoy entre vosotros. Quiero testimoniar también aquí, que Jesús es el Señor, el que ha resucitado de la muerte para dar la vida a todos los hombres. Y, a la vez deseo alabar al Señor por todas las maravillas que la gracia divina ha obrado en esta Iglesia en Honduras. Amadísimos todos: desde el primer momento de mi llegada, me habéis abierto las puertas de vuestro corazón. Yo también os reitero mi profunda estima y afecto. Que Dios bendiga a todos los que hoy me habéis acogido, personalmente o en espíritu. Que bendiga a cuantos encontraré en mi recorrido y a cuantos se unirán a mí en las asambleas de oración. ¡Que Dios bendiga ahora y siempre a todos los hondureños!”
Desde la hoy Basílica Menor de la Virgen de Suyapa, el Santo Padre Juan Pablo II, dejó un profundo mensaje sobre la presencia de la Virgen María en toda Centroamérica:
“Cuando ya está para concluir mi visita apostólica a la Iglesia que vive en estas naciones de América Central, Belice y Haití, he querido venir como peregrino hasta este santuario de Nuestra Señora de Suyapa, Patrona de Honduras, Madre de cuantos profesan la fe en Jesucristo. Desde esta altura de Tegucigalpa y desde este santuario, contemplo los países que he visitado unidos en la misma fe católica, reunidos espiritualmente en torno a María, la Madre de Cristo y de la Iglesia, vínculo de amor que hace de todos estos pueblos naciones hermanas.
Un mismo nombre, María, modulado con diversas advocaciones, invocado con las mismas oraciones, pronunciado con idéntico amor. En Panamá se la invoca con el nombre de la Asunción; en Costa Rica, Nuestra Señora de los Ángeles; en Nicaragua, la Purísima; en El Salvador se la invoca como Reina de la Paz; en Guatemala se venera su Asunción gloriosa; Belice ha sido consagrada a la Madre de Guadalupe y Haití venera a Nuestra Señora del Perpetuo Socorro. Aquí, el nombre de la Virgen de Suyapa tiene sabor de misericordia por parte de María y de reconocimiento de sus favores por parte del pueblo hondureño”.
Y, desde San Pedro Sula, un breve pero hermoso mensaje a los obreros, deja un auténtico deseo que toda Centroamérica encuentre el camino de la paz y la justicia: “Debe respetarse la dignidad de todo trabajador y debe garantizarse el valor de su trabajo, todos los que están comprometidos en los procesos laborales habrán de convenir en la prioridad del trabajo sobre el capital como camino hacia el desarrollo industrial de estas naciones (cf. LE 12).
Ninguno ignora que muchas de las condiciones actualmente existentes son injustas; que las estructuras económicas no sirven al hombre; que tantas situaciones reales no elevan la dignidad humana; que la naciente industrialización crea ya un cierto grado de desempleo, particularmente dañoso para la juventud. La tarea que se impone es la de afrontar honestamente la complejidad de estos problemas en el plano económico social, pero más aún en el plano humano y cultural”.
UN POCO DE HISTORIA DE LAS DIÓCESIS
En el periodo que va de 1913 a 1925 la geografía eclesiástica de Centroamérica se transformó, al crearse en cada uno de estos países las Provincia Eclesiástica: En El Salvador se creó el 11 de febrero de 1913, con la Arquidiócesis de San Salvador y diócesis sufragáneas de Santa Ana y de San Miguel; en Nicaragua el 2 de diciembre de ese mismo año, con la Arquidiócesis de Managua, Diócesis de León y Granada, más el Vicariato Apostólico de Bluefields; en Honduras, el 2 de febrero de 1916 con la Arquidiócesis de Tegucigalpa, Diócesis de Santa Rosa de Copán y el Vicariato Apostólico de San Pedro Sula; en Costa Rica el 16 de febrero de 1921, con la Arquidiócesis de San José, Diócesis de Alajuela y Vicariato Apostólico de Limón; Guatemala el 27 de julio de 1921, teniendo como sede la Capital y la Diócesis de Los Altos en Quezaltenango y finalmente en Panamá en 1925, con la Arquidiócesis de Panamá y Vicariato Apostólico del Darién.
La Provincia Eclesiástica de Honduras, teniendo como sede la Arquidiócesis de Tegucigalpa, fue creada como hemos señalado anteriormente, el 2 de febrero de 1916 con la Bula “Quae rei Sacrae” del Papa Benedicto XV, el entonces obispo de Comayagua, Mons. José María Martínez y Cabañas pasó a ser Arzobispo de Tegucigalpa. La Santa Sede creó con la misma Bula la diócesis de Santa Rosa de Copán y el Vicariato Apostólico de San Pedro Sula.
Desde entonces hemos sido testigos de un lento proceso de desmembramiento y nacimiento de las otras diócesis: Con la Bula “Quae Rei Sacrae”, se dejó de ser sufragánea del Arzobispado de Guatemala constituyéndose Provincia Eclesiástica de Honduras. En el año 1949, Su Santidad Pio XII cercenó el Departamento de Olancho de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, para formar la Prelatura Nullius de la Inmaculada Concepción de Olancho. El 15 de marzo de 1963, Su Santidad Juan XXIII restableció la antigua diócesis de Comayagua.
El 27 de julio de 1963 fue elevado a Diócesis, el Vicariato Apostólico de San Pedro Sula, por el Papa Paulo VI y creada la Prelatura de Choluteca, cercenada de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, con los departamentos de Choluteca y Valle, siendo su primer Prelado-Obispo, Mons. Marcelo Gerín, de nacionalidad canadiense. La Diócesis de Comayagua, fue erecta por el Papa Juan XXIII el 15 de marzo de 1963, aunque en 1539 mediante Bula papal se creó el Obispado de Honduras con sede en Comayagua.
Una palabra de la Diócesis de Trujillo. Según el obispo Manuel Francisco Vélez, la diócesis de Honduras fue creada por el Papa Clemente VII en 1527. No se le dio sede fija. Pero el 6 de septiembre del año 1531 se concreta su enclave en la ciudad de Trujillo. El
18 de agosto de 1532, en Cedula Real se nombra a Fray Alonzo Guzmán Gobernador de la Provincia de Higüeras y Cabo de Honduras, se le menciona que “Su Santidad, a petición nuestra, ha hecho Obispo de dicha Provincia a vos, el reverendo padre fray Alonso de Guzmán, de la Orden de San Jerónimo”. Nunca llegó a Honduras, se sabe que solo media en el conflicto de intereses surgidos entra las provincias de Honduras y Nicaragua.
La Diócesis de Yoro fue creada el día 18 de septiembre del 2005. Su primer Obispo, fue Monseñor Gean-Louis Giassón, sacerdote de las Misiones Extranjeras de la Provincia de Québec, Canadá, fue ordenado y tomó posesión el día 12 de diciembre del 2005. Antes de esta fecha, Yoro era Vicaría Pastoral de la Arquidiócesis de Tegucigalpa. Recordamos que la Arquidiócesis de Tegucigalpa estaba formada por tres departamentos con una extensión territorial de 23,103.3 Km2.
La Diócesis de La Ceiba, creada por el Papa Benedicto XVI a pocos días de terminar el año 2011. De esta manera, la que entonces era Parroquia San Isidro Labrador llegó a ser su Catedral y el territorio dejó de depender de la diócesis de San Pedro Sula. Siendo su primer Obispo Monseñor Michael Lenihan.
La Diócesis de Danlí creada por igual por el Papa Francisco, al oriente del país, que hasta el momento era parte de la Arquidiócesis de Tegucigalpa. Monseñor José Antonio Canales Motiño, del clero de la diócesis de San Pedro Sula, es el primer obispo de esta diócesis.
La última diócesis creada es la Diócesis de Gracias, erigida el 27 de abril de 2021, por el Papa Francisco, esta conformada por los departamentos de Lempira e Intibucá, desmembrados de la Diócesis de Santa Rosa de Copán, caracterizados por su ferviente fe y religiosidad popular. Monseñor Walter Guillén Soto es nombrado como su primer Obispo, fue consagrado el 11 de junio de 2021, por el Nuncio Apostólico en Honduras, Monseñor Gábor Pintér.
LA SANTA SEDE Y HONDURAS
A la par de esta gran labor evangelizadora ha estado desde siempre la Santa Sede, en la persona de los Papas sucesores del Bienaventurado Pedro, fundamento visible en el que Cristo mismo ha querido fundar su Iglesia (cf. Mt 16,17-18).
La Santa Sede acompañó desde sus orígenes el camino de las Iglesias de Centroamérica, enviando misioneros y enviando sus representantes. A través de éstos se fueron creando los Concordatos con Centroamérica. A través de estos Documentos la Santa Sede ratificaba junto al Estado particular, regular las relaciones entre éste y la Iglesia local radicada en su territorio. Además desde el punto de vista eclesiástico, un concordato pretende garantizar las libertades de la Iglesia y legislar sobre las materias mixtas, aquellas en las cuales la Iglesia y el Estado poseen intereses que pueden ser causa de disputa. Estos concordatos o tratados surgieron en América luego de las independencias, ya que era necesario ordenar las relaciones entre los Estados y la Santa Sede.
Más tarde superados muchos de los baches dejados por la independencia, se realizaron los primeros nombramientos de Nuncios Apostólicos para la región, y en referencia directa con Honduras, está en primer lugar el nombramiento de Monseñor Giovanni Cagliero (1838-1926). Mons. Cagliero fue el Delegado Apostólico de la Santa Sede en la región centroamericana entre los años 1908 y 1915. Con residencia en Costa Rica, visitó los demás países centroamericanos enviando amplios informes sobre la situación de las Iglesias particulares de cada país. Fruto de su labor es la creación de las Provincias Eclesiásticas de El Salvador y de Nicaragua, ambas en 1913 y de Honduras en 1916. En este período se nombró al primer Arzobispo Metropolitano de Tegucigalpa, Monseñor José María Martínez y Cabañas por el Su Santidad Benedicto XV.
Le sigue Monseñor Giovanni Battista Marenco (1853-1921): Mons. Marenco con residencia también en Costa Rica, fue el representante de la Santa Sede para Centroamérica desde 1917, como Internuncio Apostólico para Costa Rica, Honduras y Nicaragua (1917-1921) y Delegado Apostólico para Guatemala y El Salvador (1920-1921).
Monseñor Angelo Rotta (1872-1965): Nuncio entre 1922-1925, especialmente durante el período de dos años 1923-24, cuando denunció repetidamente la condición del Clero de las Repúblicas Centroamericanas, aludiendo a las razones históricas, geográficas y climáticas de tal situación. Informó además sobre la general inestabilidad política de los gobiernos de la época, el crecimiento de la secularización, la escases de escuelas y la frágil formación cristiana en las familias. Advertía ya en su momento la lenta pero progresiva práctica de matrimonios de hecho y la aprobación del divorcio civil. Todo lo anterior hizo que Monseñor Rotta diera un decisivo apoyo a las obras parroquiales, la pastoral de la juventud y su solidaridad con los pobres. Bajo este servicio diplomático y bajo el mandato del Papa Pio XI, se eligió y realizó la ordenación episcopal el 3 de febrero 1923 del segundo Arzobispo Metropolitano de Tegucigalpa a Monseñor Agustín Hombach.
Monseñor Giussepe Fietta (1883-1960): De él tenemos una más nutrida información, fue Nuncio entre 1922-1925. Ordenado sacerdote el 4 de noviembre de
1906. Luego se desempeñó como secretario privado del obispo de Alghero, Oristano y Cagliari hasta 1923. Monseñor Fietta fue elevado al rango de Prelado Doméstico de Su Santidad el 9 de mayo de 1920 y se desempeñó como Rector del Seminario de Alghero y canónigo de su Catedral de 1923 a 1924, de donde partió para ser secretario de la Nunciatura en Costa Rica. Más tarde fue nombrado Encargado de Negocios a. i. de la Nunciatura costarricense en 1925. Será en este mismo año que el Santo Padre Pio XI declaró a Santa María de Suyapa, Patrona de Honduras, marcando su fiesta en el calendario para el 3 de febrero.
Monseñor Carlo Chiarlo (1881-1964): Sirvió entre 1926 y 1930 como Nuncio en países de Centroamérica.
Monseñor Alberto Levame (1881-1951): Su servicio diplomático lo ejerció entre 1933-1937. Su primer cargo fue Nuncio concurrente para las Nunciaturas de El Salvador y Honduras, luego siguió períodos en Uruguay y Egipto. Como internuncio en El Cairo participó en las negociaciones que trajo un acuerdo a la controversia de larga data sobre la enseñanza de la religión cristiana en las escuelas.
Monseñor Federico Lunardi (1880-1954): Ejerció su servicio diplomático entre 1938-1947. A principios de 1939, fue trasladado de Bolivia a Honduras, donde permaneció hasta 1948, casi una década. Su presencia en Honduras le hace pasar a los anales de la historia por sus viajes a lo largo y ancho del país. Frecuentando sobre todo la zona arqueológica de Copán Ruinas, sede de la civilización Maya, que estaba en el esplendor de la investigación y re-descubrimiento. Sus publicaciones sobre Honduras son numerosas y algunas de gran importancia, como Honduras Maya. Realidad Etnóloga Y Arqueóloga de Honduras, impresas en 1948 en Tegucigalpa. Desde Honduras en 1948 fue llamado a Roma a la Secretaría de Estado, pero ya al año siguiente fue destinado a Asunción, Paraguay (1949-1954). Al final de su período el Papa Pio XII nombró al tercer Arzobispo Metropolitano de Tegucigalpa a Monseñor José de la Cruz Turcios y Barahona, en 1947. Con Monseñor Lunardi se iniciaron los trabajos de la actual Nunciatura Apostólica.
Liberato Tosti (1883-1950): Fue Nuncio de Honduras y Nicaragua entre 1948 y 1949.
Antonio Taffi (1897-1970): Su ordenación episcopal se realizó en 1946 y entre los años 1950 y 1959 fue Nuncio Apostólico concurrente para Nicaragua y Honduras. En su servicio apostólico se nombró como Obispo Auxiliar de Tegucigalpa a Monseñor Evelio Domínguez Recinos el 27 de diciembre de 1957. Durante este período el Papa Juan XXIII, nombrò a Monseñor Héctor Enrique Santos y Hernández como Obispo de Santa Rosa de Copán, ordenado el 12 de diciembre de 1958. Con Mons. Taffi se inauguró la actual Nunciatura Apostólica en 1951.
Sante Portalupi: Nuncio de Su Santidad en Honduras entre 1959 y 1968. En 1962 bajo su servicio apostólico hace el traslado de Monseñor Héctor Enrique Santos, Obispo de Santa Rosa de Copán a la sede de la Arquidiócesis de Tegucigalpa como cuarto Arzobispo.
Lorenzo Antonetti: Licenciado en Teología, Laureado en Derecho Canónico. Nació en Romagnano Sesia, Novara, Italia, el 31 de julio de 1922. Ordenado sacerdote en Novara, Italia, el 25 de mayo de 1945. Consagrado Arzobispo en Roma el 12 de mayo de 1968 para el servicio diplomático de la Santa Sede. Llegó a Honduras el 5 de julio de 1968. Fue el Nuncio Apostólico que acompañó el proceso de renovación de la Iglesia Católica en Honduras tras el Concilio Vaticano II. También fomentó la cooperación entre la Iglesia y el Estado.
Gabriel Montalvo Higuera (1930-2006): Ordenado sacerdote en Roma, el 18 de enero de 1953, pocos días antes de cumplir los 23 años. Consagrado Arzobispo también en Roma el 30 de junio de 1974, por su Santidad Pablo VI. Fue Nuncio de Su Santidad en varios países del mundo. El 14 de junio de 1974 fue nombrado Nuncio Apostólico para Honduras y Nicaragua por el Papa Pablo VI, permaneciendo en el cargo hasta el 18 de marzo de 1980, que pasa a ser Nuncio en Argelia, Túnez y Delegado Apostólico en Libia.
Ha sido Monseñor Montalvo el que presidió la Ordenación Episcopal del primer Cardenal hondureño, Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, SDB, el 8 de diciembre de 1978, en su momento como Obispo Auxiliar de Tegucigalpa. También impulsó la creación de la Conferencia Episcopal de Honduras y la organización de la Iglesia en todo el país.
Andrea Cordero Lanza di Montezemolo (1925-2017): Fue nombrado subsecretario y luego secretario de la Comisión Pontificia Iustitia et Pax. El 5 de abril de 1977 fue nombrado Arzobispo titular de Anglona y Pro-Nuncio Apostólico en Papúa Nueva Guinea y Delegado Apostólico en las Islas Salomón, recibiendo la ordenación episcopal el 4 de junio de 1977. El 25 de octubre de 1980 fue trasladado a las Nunciaturas Apostólicas en Honduras y Nicaragua, y el 1 de abril de 1986 fue nombrado Nuncio Apostólico en Uruguay. Luego el 28 de abril de 1990 fue nombrado Delegado Apostólico en Jerusalén y Palestina. El 28 de mayo del mismo año fue nombrado Nuncio Apostólico en Chipre y Delegado Apostólico en Jordania. Posteriormente fue el Rector de la Patriarcal Basílica de San Pablo fuera de los muros en Roma. En el año de 1983 el Santo Padre Juan Pablo II, visitó Honduras.
Francesco De Nittis (1933-2014): En 1981 nombrado Arzobispo titular de Tunes y luego Nuncio Apostólico en Papúa Nueva Guinea y Delegado apostólico en las Islas Salomón. De Nittis fue nombrado Nuncio Apostólico de El Salvador y Honduras el 19 de abril de 1986 hasta el 25 de junio de 1990, cuando fue promovido como Nuncio Apostólico en Uruguay.
Manuel Monteiro de Castro (1938-actualidad): En agosto de 1990 fue nombrado Nuncio Apostólico para El Salvador y Honduras, donde se mantuvo hasta 1997. Fue una época muy complicada ya que estuvo en el momento de plena ofensiva de la guerrilla salvadoreña. Luego de 1998 al año 2000 fue Nuncio Apostólico en Sudáfrica, Namibia, Lesotho, Swazilandia y Delegado Apostólico en Botswana. Este último año el Papa Juan Pablo II le nombró Nuncio de España y el Principado de Andorra donde estuvo hasta 2009.
Luigi Conti (1929-2015): El 19 de noviembre de 1983, fue nombrado Nuncio Apostólico para Irak y Kuwait. El 17 de enero de 1987 para Ecuador. El 12 de abril de 1991 Nuncio Apostólico en Honduras. Luego el 15 de mayo de 1999 transferido para Turquía y Turkmenistán. Mientras ocupaba este cargo, el Papa Juan Pablo II le hizo representante Papal de referencia en el genocidio armenio. Dos años después, fue nombrado Nuncio Apostólico en Malta y Libia. En su servicio Apostólico fue nombrado Obispo para la diócesis de San Pedro Sula, Monseñor Ángel Garachana Pérez, ordenado el 3 de febrero de 1995. Con él también llega al Arzobispado de Tegucigalpa el 3 de febrero de 1992, Monseñor Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, que fungía hasta la fecha como Obispo Auxiliar.
George Panikulam (1942-actualidad): Llegó a Honduras el 4 de diciembre de 2003. El 3 de julio de 2008 fue nombrado Nuncio Apostólico en Mozambique. En su servicio Apostólico en el País, nombró a Monseñor Roberto Camilleri (1951-2023), como Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis de Tegucigalpa y luego Obispo de Comayagua. A Monseñor Luis Solé como Obispo de la diócesis de Trujillo, consagrado Obispo el 29 de junio de 2005.
Antonio Arcari (1953- actualidad): Nuncio en Honduras del 18 de julio del 2003 al 12 de diciembre de 2008 . En su servicio apostólico fueron nombrados los Señores Obispos Auxiliares de Tegucigalpa: Monseñor Juan José Pineda Fasquelle el 16 de julio de 2005 y Monseñor Darwin Andino el 1 de abril del 2006. Se creó la diócesis de Yoro y nombró a su primer Obispo, Monseñor Jean-Louis Giasson el 19 de septiembre de 2005.
Luigi Bianco (1960-actualidad): Nombrado Nuncio Apostólico para Honduras el 12 de enero de 2009 hasta el 12 de julio del 2014. Realizó el nombramiento de Monseñor Héctor David García Osorio, como Obispo Titular de la Diócesis de Yoro, tras la renuncia de Monseñor Giasson, el 3 de julio del 2014. A Monseñor Michael Lenihan, como primer Obispo de la creada diócesis de La Ceiba, ordenado el 11 de febrero de 2012. Nombrado por igual en su período a Monseñor Joseph Bonello, como Obispo Coadjutor el 12 de febrero de 2011 y luego Obispo titular de la Diócesis de Juticalpa en 2012. Obispo también para la diócesis de Choluteca a Monseñor Guy Charbonneau ordenado el 20 de abril de 2013, tras la renuncia de Monseñor Guy Plante.
Novatus Rugambwa (1957-actualidad): Nació en 1957 en Bukoka (Tanzania), entró al servicio diplomático vaticano en 1991. Desempeño su tarea pastoral en Panamá, Congo, Brazzaville, Paquistán, Nueva Zelanda e Indonesia. Nuncio Apostólico en Honduras desde el 2015 al 2019. En su servicio apostólico se creó al Diócesis de Danlí, habiendo sido nombrado Monseñor José Antonio Canales Motiño y ordenado el 11 de marzo de 2017.
Gábor Pintér (1964-actualidad): Honrado como capellán de Su Santidad por el Papa Juan Pablo II el 2 de septiembre de 1997. El 30 de marzo de 2007 fue elevado al cargo de Prelado de Honor de Su Santidad por el Papa Benedicto XVI. El 13 de mayo de 2016, el Papa Francisco lo nombró Nuncio Apostólico en Bielorrusia. Fue consagrado obispo el 15 de julio de ese año por el Cardenal Secretario de Estado, Su Eminencia Pietro Cardenal Parolin, asistido por el Cardenal Arzobispo de Esztergom-Budapest, Péter Erdő, y Monseñor Miklós Beer de Vác.
Nuncio Apostólico para Honduras desde el 12 de noviembre de 2019 hasta la fecha. Ha creado en su servicio apostólico la Arquidiócesis de San Pedro Sula con su primer Arzobispo Monseñor Michael Lenihan y la Diócesis de Gracias con su primer Obispo Monseñor Walter Guillén Soto, ordenado el 11 de junio de 2021. Se nombró
Obispo Auxiliar de Tegucigalpa a Monseñor Teodoro Gómez, ordenado el 15 de mayo de 2021 y actualmente Obispo de la Diócesis de Choluteca. Al Arzobispo de Tegucigalpa a Monseñor José Vicente Nacher Tatay, ordenado el 25 de marzo de 2023. Al Obispo de Trujillo a Monseñor Henry Orlando Ruíz Mora, ordenado el 6 de mayo de 2023. Ante la muerte inesperada de Monseñor Roberto Camilleri de la diócesis de Comayagua, se ha nombrado Obispo a Monseñor Ángel Falsón. En el mes de junio de 2024 se prepara también el nombramiento del nuevo Obispo de La Ceiba.
LOS ORÍGENES EVANGELIZADORES DE HONDURAS
Cristobal Colón en su cuarto y último viaje se dirigió hacia la tierra firme continental llegando a Honduras, cuyas montañas se divisaban desde la isla de Guanaja. El 11 de agosto de 1502 llegó a la entrada de la bahía de Trujillo, continuando la navegación con rumbo al Oriente, las cuatro embarcaciones llegaron el 14 de agosto a la desembocadura del río Tinto. Don Bartolomé Colón (hermano de Don Cristobal) desembarcó en este lugar y tomó posesión de las nuevas tierras en nombre de los reyes de España. Por haberse celebrado allí esta ceremonia, Colón dio al río el nombre de Río de la Posesión. Bajo una ceiba corpulenta que crecía en sus orillas, fray Alejandro celebró la primera misa que se dijo en la tierra firme del Continente Americano.
En el país, el proceso de evangelización comenzó tardíamente. Los primeros pasos se dan en 1524, más de 20 años después de la llegada de los primeros españoles. La Iglesia hondureña inició su tarea evangelizadora plenamente con la creación del Obispado de Trujillo en 1527 por Su Santidad Clemente VII y con la llegada del primer Obispo de Honduras, Cristobal de Pedraza, en 1540.
Ante la escasez de clero diocesano, el obispo Cristóbal de Pedraza incorporó al trabajo pastoral a los religiosos para que respondieran a las demandas de otras zonas. Así en 1544 se establecen los frailes Mercedarios en Honduras, quienes rápidamente establecieron conventos y doctrinas en Tencoa, Gracias a Dios, Comayagua y posteriormente en Tegucigalpa. En 1574 se establecen los frailes Franciscanos en la provincia de Honduras, trayendo consigo
una visión religiosa diferente a la que sostuvieron los franciscanos aque acompañaban a Cristobal Colón cuando llegó a Honduras en 1502.
En 1586 los franciscanos fundan la Custodia con el nombre de Santa Catarina Mártir, integrada por los siguientes conventos: San Antonio en Comayagua, San Jerónimo en Agalteca, San Andrés de Nacaome, San Francisco de Asís en Trujillo, San Diego en Tegucigalpa, Nuestra Señora de las Nieves en Amapala, San Francisco de Asís en Catacamas, entre otros, además de una serie de misiones, especialmente en la Tegucigalpa. Estos frailes Franciscanos popularizaron en todo el país la devoción a la Inmaulada Concepción de María, queizás la más arraigada en todo el territorio hondureño. Las ciudades más importantes del país tienen como patrona a esta advocación de la Virgen: Comayagua, Choluteca, Comayaguela, Juticalpa, Danlí. Es notable observar a lo largo y ancho de nuestra geografía, la cantidad de ciudades, pueblos, aldeas y caseríos que celebran el 8 de diciembre su tradicional fiesta patronal, y que los principales templos del país ostenten una imagen de la Inmaculada. Así la Virgen de Concepción , en alguna medida, forma parte muy importante en la religiosidad del pueblo hondureños, quedando así plasmado por igual en la imagen de la Limpia Pura Concepción de María, encontrada por el labrador Alejandro Colíndrez y su sobrino Lorenzo Martínez, en la montaña de El Piligüín, un sábado del mes de febrero de 1747, originarios de la aldea de Suyapa, y proclamada más tarde en 1925, por Su Santidad Pío XI Patrona de Honduras, bajo el título de la Nuestra Señora de Suyapa.
Con la independencia de Centroamérica de la Corona Española en 1821, la Iglesia hondureña vivió un largo período de persecución y sobre todo de búsqueda de su identidad cristiana.
En 1829 son expulsados los religiosos de Honduras. En 1865 muere en Honduras el misionero Manuel de Jesús Subirana, ejemplo de evangelizador y gran defensor de los indígenas.
En 1890 se realiza en primer sínodo diocesano en Comayagua, presidido por Monseñor Manuel de Jesús Vélez.
Ya en el siglo XX suceden una serie de acontecimientos que paulatinamente afianzan a la Iglesia, entre los acontecimientos más significativos podemos mencionar:
En 1902 se establecen en la Costa Norte los Padres Paulinos.
En 1909 se abre el Seminario Menor en Tegucigalpa, el cual en 1962 se convierte en el Seminario Mayor Nuestra Señora de Suyapa.
En 1916 se crea la Provincia Eclesiástica de Honduras, compuesta por la Arquidiócesis de Tegucigalpa, la diócesis de Santa Rosa de Copán y el Vicariato Apostólico de San Pedro Sula. Posteriormente se crearon las diócesis de Olancho, Comayagua y Trujillo.
La participación de varios de nuestros Obispos en el Concilio Vaticano II, concluído en el 1965, infundió a la Iglesia nuevos bríos e hizo surgir el ministerio de los Delegados de la Palabra de Dios.
HISTORIA DE LAS RELACIONES DIPLOMÁTICAS ENTRE LA SANTA SEDE Y LA REPÚBLICA DE HONDURAS
La personalidad jurídica internacional de la Santa Sede le permite mantener relaciones diplomáticas con otros Estados, firmar tratados y enviar y recibir representantes diplomáticos, algo que se remonta a varios siglos atrás. Ya desde principios del siglo XV comenzó a recibir con cierta estabilidad enviados diplomáticos, y en el siglo XVI empezaron a constituirse representaciones permanentes. En la actualidad, además, participa en organismos internacionales como las Naciones Unidas.
La Santa Sede posee plena propiedad y soberanía exclusiva sobre la Ciudad del Vaticano, un Estado establecido en 1929, tras la firma de los Pactos de Letrán, con el objeto de ser instrumento de la independencia de la Santa Sede y de la Iglesia católica respecto a cualquier otro poder externo. De forma abstracta, además de ser la Santa Sede el supremo gobierno y representación de la Iglesia, también lo es de la Ciudad del Vaticano. Otros territorios fuera de la Ciudad del Vaticano también cuentan con estatus de extraterritorialidad en favor de la Santa Sede.
La Secretaría de Estado es el dicasterio que colabora más de cerca con el sumo pontífice en el ejercicio de sus funciones. Su origen se remonta al siglo XV, y ha tenido distintas configuraciones durante su historia. En la actualidad se divide en tres secciones: la Sección para los Asuntos Generales, la Sección para las Relaciones con los Estados y Organismos Internacionales, y Sección para el Personal Diplomático de la Santa Sede.
La primera sección es la que se encarga de los asuntos habituales del Papa, desde la redacción de documentos o los trámites para los nombramientos en varias actividades de la Curia, coordinación del trabajo de muchas oficinas o la comunicación. La sección segunda, en cambio, se encarga de las relaciones con los gobiernos civiles, la firma de acuerdos internacionales o similares con los Estados y la representación de la Santa Sede en organismos internacionales. La tercera sección se ocupa de las cuestiones relativas al personal del servicio diplomático de la Santa Sede.
La Secretaría de Estado se encuentra presidida por un Cardenal Secretario de Estado, que desde finales de 2013 es Pietro Parolin. El Secretario de Estado es el máximo exponente de la actividad tanto diplomática como política de la Santa Sede, y puede llegar a representar al propio papa.
Desde la Edad Media la Sede Episcopal de Roma ha sido reconocida como una entidad soberana. Los Estados que actualmente tienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede son 184 a los que hay que añadir la Unión Europea y la Orden Soberana y
Militar de Malta. Las cancillerías de Embajada con sede en Roma, incluyendo las de la Unión Europea y la Soberana Orden Militar de Malta son 91. La Santa Sede mantiene 184 misiones diplomáticas permanentes en el extranjero, de las cuales 72 no son residentes, por lo que varias de sus 112 misiones están acreditados en dos o más países u organizaciones internacionales, constituyendo de este modo una de las mayores redes diplomáticas del mundo. Las actividades diplomáticas de la Santa Sede son dirigidas por la Secretaría de Estado (encabezada por el Cardenal Secretario de Estado), a través de la Sección de Relaciones con los Estados y Organismos Internacionales. Existen todavía 9 estados internacionalmente reconocidos con los que la Santa Sede no mantiene relaciones oficiales.
La Santa Sede es miembro de varias organizaciones internacionales y otros grupos, tales como el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR). La Santa Sede es también miembro observador permanente en varias organizaciones internacionales, incluyendo las Naciones Unidas, el Consejo de Europa, la Unesco, la Organización Mundial del Comercio (OMC), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Los representantes diplomáticos de la Santa Sede, con rango de Embajador, se denominan Nuncios (Nuncio apostólico o Nuncio papal).
FOTOS DE LA REAPERTURA DE LA NUNCIATURA APOSTÓLICA EN HONDURAS











Radio Luz lanza campaña para la compra de su nuevo transmisor
La emisora católica de la Arquidiócesis de San Pedro Sula, Radio Luz, celebrará este año su 25 aniversario de fundación. Por más de 24 años, esta emisora ha llegado a todos los hogares del Valle de Sula, iluminando todos los corazones de sus radioescuchas en las diferentes comunidades y parroquias.
Equipo
Con el paso del tiempo, el equipo se ha deteriorado. Se ha logrado cambiar la torre y reparar antena de transmisión, y se invirtió en la compra de generadores eléctricos. Este año se compraron cámaras nuevas entre otros implementos de nuestro estudio. Lastimosamente, el transmisor que tiene la radio, ya no puede repararse y se está funcionando con uno prestado.
Si usted quiere colaborar con este importante medio de difusión del Evangelio, puede realizar sus donaciones a la cuenta de cheques de Banco Atlántida, número 21-00-11-52-90 a nombre de Iglesia Católica Radio Luz, cuenta maratón.
CIFRA
360 mil
Lempiras cuestan los nuevos equipos en los que se quiere invertir para una mejor señal en Radio Luz, por lo que apelan a la solidaridad del pueblo hondureño y de la Arquidiócesis de San Pedro Sula.
Petición solidaria para Radio Luz
El padre Luis Estévez, responsable de Medios de Comunicación Social de la Arquidiócesis de San Pedro Sula, dijo que “estamos tocando sus corazones generosos para que se sumen a colaborar con la compra de un nuevo transmisor y equipos de enlaces para estar siempre al aire llevando el mensaje de la buena nueva a todos los hogares del Valle de Sula”.
Monseñor Lenihan: “El hombre es quien siembra la semilla y es Dios quien la germina”
Se llevó a cabo la II Asamblea de Delegados de la Palabra y sus familias, evento realizado en el gimnasio olímpico de San Pedro Sula, comenzando con la oración y las palabras de bienvenida del asesor de este ministerio, el Padre Henry Gómez.
Llamado
En su mensaje Monseñor Miguel Lenihan expresó “el hombre siembra la semilla y es Dios quien la germina; el hombre es quien abona y riega la semilla, pero Dios es quien la ayuda a crecer. Recuerdo que esto comenzó con 17 delegados, ahora son unos 20 mil. Este es el fruto de Dios, se sembró con humildad y paciencia, ahora Dios ha dado fruto y abundancia. “Los delegados han salvado la fe del área rural”.
La Hora Santa fue dirigida por el responsable de los Delegados de la Palabra de la zona Medalla Milagrosa, el Padre Benedicto Maldonado, quien mencionó que es un acto de profundo recogimiento espiritual lo que se vivió en esta asamblea. “La comunidad se congregó alrededor del altar para adorar a Jesús sacramentado. Este momento sublime, crucial para la vida espiritual de cada cristiano, nos recuerda la presencia real de Jesús en el Santísimo Sacramento”, detalló el Presbítero.
Durante la ceremonia, las familias se unieron en oración y contemplación, reconociendo la presencia completa de Jesús, su Cuerpo, su Sangre, su alma y su divinidad.
Como parte de la asamblea, el Seminarista Noe Hernández, impartió el tema “Familia de Delegados, semillero de vocaciones para la participación”. En su disertación explicó que “la misión fundamental de los delegados de la Palabra de Dios en la Arquidiócesis de San Pedro Sula, es que ellos son llamados a ser testigos de la verdad, a elevar las almas hacia Dios, hacer presente el reino de Dios y santificar el mundo con su testimonio. Los motivó a que su ejemplo y testimonio arrastren a otros a unirse a esta misión sagrada”.
Datos
El Ministerio de los Delegados de la Palabra de Dios en Honduras es una organización que tiene como objetivo formar y consolidar la experiencia de comunidad de fe entre los laicos, están comprometidos con una vida y espiritualidad alimentada por la Palabra de Dios. Está compuesto por hombres y mujeres, con dedicación especial de profundizar y llevar el mensaje evangélico a sus comunidades y parroquias. El ministerio busca promover la participación activa de los laicos en la vida de la Iglesia y en la misión evangelizadora.
Quienes asumen este ministerio laical, reciben especialmente formación bíblica y pastoral para fortalecer su capacidad de transmitir la Palabra de Dios de una manera efectiva y relevante. Se forman también en diversos contenidos, sabiendo que su tarea es amplia y va más allá del culto dominical.