Padre Carlo Magno: “Cuántas personas hemos visto, que se aferran al poder para seguir haciendo de las suyas”

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En la Homilía de este Quinto Domingo de Cuaresma en la Basílica Nuestra Señora de Suyapa, el padre Carlo Magno Núñez, rector de la Basílica, hizo eco del mensaje del Señor arzobispo de Tegucigalpa, Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, donde se refirió al Evangelio de San Juan (12,20-33) que habla que los griegos querían ver personalmente a Jesús, deseaban entrar en contacto con Él. Seguramente habían oído hablar de Él y de sus obras, y se había despertado en ellos un profundo deseo de encontrarse con Él. Actualmente, en el contexto cultural en que vivimos: ¿Quiénes quieren ver a Dios o a Jesús hoy? preguntó el sacerdote.

Así mismos agregó “hoy también, como los griegos, hay muchos buscadores de Dios, sedientos del infinito. La gente busca una referencia que les sirva de orientación, que despierte la esperanza y una respuesta al deseo de vivir que llevamos dentro. Pero a veces la respuesta a esa búsqueda que nuestra sociedad ofrece es ambigua y crea confusión en las personas.  

“El deseo de vivir se ve truncado”

Al igual el presbítero, señaló “el deseo de vivir muchas veces se ve truncado con leyes adversas a la vida, como esas leyes en Europa que se están aprobando, como la de España, en contra de la vida, a favor de que los ancianos, se les pueda aplicar una vacuna y despacharlos, la eutanasia, porque eso es la eutanasia un crimen contra los hermanos mayores.

Nosotros como estos griegos sentimos el deseo ardiente de conocer a Jesús, de redescubrirle de nuevo y de acercarnos a Él. Pero ¿Quién o qué nos facilitará el camino para encontrarnos con Él? En estos días podemos hacer como los griegos: tomarnos un tiempo para acercarnos a Jesús, para buscarlo y para adentrarnos en el misterio de su amor infinito.

¿Ha llegado mí hora?

El sacerdote igual detalló “Ha llegado la hora” para todos… ¿Cuál es esa “hora”? Cada uno de nosotros nos podemos preguntar, ¿Ha llegado para mí la hora?, ¿Ha llegado la hora de optar por el amor como forma de vivir? Se trata de vivir cada día, cada momento siguiendo a Jesús y recorriendo su camino. Es decir, vivir la vida con un dinamismo de entrega total, defendiendo la vida, dando vida, y despertando vida.

Seguidamente  consultó ¿Estamos viviendo nuestra hora defendiendo la vida humana?, amando la vida en nosotros mismos, cuidándonos, cuidando a los demás, ¿Estamos viviendo la hora del amor, la solidaridad, la comprensión del otro, aunque piense distinto que yo?, ¿Estamos viviendo la hermandad?, como dice el papa Francisco, estamos viviendo la cultura del encuentro, entre más lejos de los problemas de los demás mejor, ¿Estamos viviendo la hora del cambio en nuestras vidas?

Jesús explica todo esto con una pequeña parábola: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto”. Se refiere a su muerte y quiere decir que no se puede producir vida sin dar la propia; quiere decir, que la vida es fruto del amor. La vida no puede brotar si no hay un verdadero amor. Jesús mismo es el grano de trigo al que matan y entierran, Jesús es trigo de amor que muere como semilla fecunda, vida que triunfa en la muerte.

“Lobos feroces”

El padre Magno, igual se refirió a las personas que se aferran al poder “cuantas personas hemos visto, que se aferran al poder para seguir haciendo de las suyas, que se aferran al poder no para servir al prójimo, como dice la Doctrina Social de la Iglesia, el arte de la política es para ser servir, no para servirse, pero aquí entienden lo contrario, aferrarse al poder el aparentar ser buenos, aunque por dentro sean lobos feroces”

Ya para finalizar la Homilía, el rector de la Basílica cerro el mensaje, expresando “Solo es posible dar fruto si la vida del amor y de la luz brota de nuestros corazones. Si llevamos a Cristo, el amor verdadero y sostenidos por él, vamos a ser lo mismo que el grano de trigo que cae en tierra, pero…da vida”.

Al termino de la Eucaristía el presbítero aprovecho, para solicitar a los fieles que no se olviden de colaborar y sean parte de la “Colecta de solidaridad” que lleva como objetivo ayudar a los sacerdotes, más a los que deben movilizarse tierra adentro, a si mismo a las religiosas que están en misión, al igual con esa colecta se realizan diferentes obras de solidaridad explicó el sacerdote.

Aquí completa la Homilía:

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