Para cada acontecimiento importante debe existir un tiempo de preparación que ayude a vivir dicho momento de la mejor manera. Así como los atletas que se entrenan para un mundial o lo músicos que practican horas para un concierto internacional, así mismo la Iglesia tiene su tiempo de preparación para la Navidad.
Y es que cuando vemos los centros comerciales abarrotados de las promociones en los adornos navideños desde noviembre, es un signo de que la navidad se ha comercializado y se comienza a perder su verdadero significado, puesto que no se vive un tiempo de preparación adecuado.
Este tiempo de preparación es el Adviento (que significa ‘venida’), que nos habla de un principio, la llegada en la carne de nuestro Salvador; y de un final, la segunda venida del Señor para concluir la Historia de la Salvación.
El Adviento te ayuda a comprender el sentido real, espiritual y profundo de la Navidad. Por ello en este tiempo lo esencial sería que te enfocaras en vivir cada semana su mensaje; velar que ya viene el Señor, preparar el camino del Señor, alegrarse por los tiempos mesiánicos y en la encarnación del Señor.
Como buen cristiano no te dejes robar el Adviento, aprende a vivir cada tiempo de gracia que el Señor te ha regalado a través de su Santa Iglesia y así notarás un crecimiento espiritual en tu propia vida.
