Cuando ya hemos superado más de 8 meses de pandemia es increíblemente irresponsable escuchar de los que están al frente del manejo del cuidado de las poblaciones aquello de “ningún gobierno estaba preparado para manejar esta crisis”. Eso nadie lo duda, pero a estas alturas no es posible que sigamos actuando de manera tan inconsciente de seguir gestionando lo que está ocurriendo como si no se tuviera ningún conocimiento de lo criminal de este virus.
La situación es desesperante en muchos lugares y aquí nos hemos atrevido a dar una semana de vacaciones. La excusa de que la situación económica también mata no entra en discusión. Claro que el hambre mata y hay mucha gente que la está pasando muy mal. Claro que la economía debe reactivarse, pero no puedo dejar de preguntarme si con todo el dinero que se ha perdido por culpa de la corrupción y sobre todo por la criminal falta de solidaridad de los que se recetan aumentos y sueldazos exorbitantes, no se podría haber evitado que tanta gente se viese privada de lo necesario para vivir.
Ahora nos avocamos a una tal “semana morazánica” en la que no hay nada de Morazán, ni de patriótico.
Patriótico sería que los diputados por una vez en la vida cediesen sus salarios para pagarle los insumos de bioseguridad a los estudiantes en internado o bien se contratase más personal sanitario.
Patriótico sería que se devolviese el dinero que se han robado, no sólo en este gobierno sino en los gobiernos anteriores.
Patriótico sería que esta semana se dedicase para que todos tuviésemos un momento para revisar la ética con la que procedemos.
Patriótico sería que la Corte Suprema y los tribunales de rango menor, cumplieran con la ley y no con el afán de enriquecerse a costa de aparentar una justicia que nunca hemos tenido.
Patriótico sería que la Fiscalía cumpliese con su labor de contarle las costillas a los que han saqueado el erario público y que, aunque manipularon la ley para que eso quedase sobre todo en manos del Tribunal de Cuentos, sí leyó bien, porque eso es lo que son, no dejasen de indagar y procesar a cualquiera que haya cometido un ilícito.
Patriótico sería que devolviesen a sus familias el grupo de garífunas que tienen ya meses desaparecidos y aquí no nos engañamos cuando afirmamos que eso tiene un profundo sentido político.
Patriótico sería que dejasen de procesar a gente inocente que sólo quiere defender lo que es su fuente de vida, como en Guapinol.
Patriótico sería que los que no tienen capacidad para asumir un cargo al menos lo admitieran y se hiciesen a un lado para evitar mayores daños.
Patriótico será cuando cada quien haga bien lo suyo con transparencia, con honestidad y buscando el bien común ante todo… ahí se podrá celebrar la semana, el mes, el año morazánico porque habrá motivos para hacerlo… porque “hasta los muertos están reclamando” por lo mal que se ha manejado esta crisis.
Padre Juan Ángel López, párroco Sagrado Corazón de Jesús, Miraflores