Una iglesia es nombrada como “basílica” a criterio del Sumo Pontífice, quien generalmente le otorga ese título debido a la importancia y significado histórico, entre otras razones. Además, existen las denominadas “basílicas mayores”, donde solo el Santo Padre puede celebrar la Santa Eucaristía.
Inicialmente, la Iglesia Católica contaba con siete basílicas mayores: San Juan de Letrán, San Pedro del Vaticano, Santa María la Mayor, San Pablo Extramuros, San Lorenzo Extramuros, San Sebastián de las Catacumbas y Santa Cruz de Jerusalén. En la actualidad, solo las primeras cuatro siguen considerándose basílicas mayores, mientras que la basílica de San Lorenzo Extramuros es considerada una “basílica patriarcal.” En conjunto, estas siete edificaciones forman parte del peregrinaje de las siete Iglesias de Roma, el cual tiene como fin la obtención de la indulgencia plenaria en Año Santo.
Basílica San Juan de Letrán
La Catedral Archibasílica Papal del Santísimo Salvador del Mundo, y de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista en Letrán, o también conocida como la Archibasílica de San Juan de Letrán, es la más antigua y de mayor rango entre todas las basílicas mayores de Roma, siendo construida por imposición del emperador Constantino y el Papa Melquiades en el siglo IV. Desde su construcción hasta el año 1870, cada pontífice electo asumía su cargo aquí, hasta que este acto solemne fue modificado y trasladado al Vaticano, donde se lleva a cabo actualmente.
Basílica de San Pedro
La Basílica de San Pedro del Vaticano finaliza su construcción en el año 329, después que el emperador Constantino tomase la decisión de erigir una basílica en el sitio donde descansaban los restos del apostol. En el año 1506, el Papa Julio II ordena su reconstrucción y desde este momento el proyecto pasaría por distintos arquitectos como Donato Bramante, Rafael Sanzio, Antonio da Sangallo, Michelangelo Buonarroti, entre otros. Entre los años 1629 y 1633, la obra finalmente fue completada. Aqui podemos encontrar hermosas obras de arte como La Piedad de Michelangelo.
Basílica de Santa María la Mayor
La Basílica de Santa María la Mayor, según una leyenda local, fue inspirada la misma Virgen María, quien en el año 358 se le apareció en un sueño al Papa Liberio. Ella le solicitó la construcción de una iglesia en su honor en un lugar que les indicaría de manera milagrosa. En la mañana del 5 de agosto, la colina del Esquilino apareció cubierta de nieve en una temporada del año muy calurosa. La edificación en si sería erigida por el Papa Sixto III entre los años 432 y 440 y luego sería ampliada en el siglo XIII por el Papa Nicolás IV, seguida por otras dos ampliaciones más entre finales del siglo XVI y principios del siglo XVII.
Basílica de San Pablo
La Basílica de San Pablo Extramuros fue edificada en la primera mitad del siglo IV por el emperador Constantino, para luego ser consagrada en el año 324 por el Papa Silvestre I. En 385 se decidió la reconstrucción y ampliación del sitio. Mantuvo durante 1435 años su aspecto original hasta que en 1823, un desafortunado incendio destruyó la basílica casi en su totalidad. Tras esto, el Papa León XII determinó su reconstrucción, la cual al ser completada fue consagrada en 1854 por el Papa Pio IX.
Estas maravillosas edificaciones significan verdaderas odas al arte y a la fe católica, atrayendo a miles de turistas cada año que vienen a visualizar las invaluables piezas artísticas resguardadas dentro, al igual que buscan obtener la tan ansiada indulgencia plenaria en Año Santo y entrar, como lo hacen en estos sitios, en la magnificencia de Nuestro Señor.