Monseñor Canales: “En esta Cuaresma los migrantes dan testimonio de su esperanza”

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La Cuaresma es un tiempo de reflexión, penitencia y renovación espiritual que dura 40 días y que comenzó con el Miércoles de Ceniza y culmina en la Semana Santa, y en el contexto actual, donde muchas personas enfrentan la migración forzada debido a la violencia, la pobreza o los desastres naturales, la este tiempo de conversión puede adquirir un significado aún más profundo y relevante, tomando en cuenta que los primeros migrantes, fueron los familiares de Jesús y Él mismo. Aunque nuestro Salvador nació en Belén, en una pequeña ciudad en Judea, su vida estuvo marcada por varias experiencias de desplazamiento, huida y búsqueda de refugio, lo que lo convierte en una figura simbólica para entender el sufrimiento de los migrantes en el mundo actual.

Panorama

Según el Instituto Nacional de Migración (INM), en lo que va del año ya suman más de siete mil hondureños retornados en su mayoría de Guatemala, Estados Unidos y México. Para la defensora de los derechos humanos, Itsmania Platero, el tema migrante es un panorama preocupante, ya que se habla de cifras, de cuantos compatriotas regresan de diferentes países, pero no hay programas a largo y corto plazo de que pasa con estos hermanos que se fueron en busca de un futuro mejor, pero son retornados y ¿A qué viene? “Aquí sigue sobresaliendo la violencia, el desempleo, la pobreza, hay una sociedad desesperanzada” pero el llamado es no dejarlos solos”, expresa la experta.

Esperanza

Monseñor José Antonio Canales, Obispo de la Diócesis de Danlí, destaca que hoy en día se viven tiempos muy difícil para los migrantes, pero la petición es que hasta esos corazones llegue una semilla de esperanza, que por muy pesado que sea ese trayecto que recorren para llegar a ese destino, o los que son regresados a su país de origen, entiendan que siempre habrá un Domingo de Resurrección.

“Misioneros de la Esperanza”, tema del Día Mundial del Migrante

“Migrantes, misioneros de la esperanza” es el tema elegido por el Papa Francisco para la 111 Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, que este año no se celebrará como de costumbre el último domingo de septiembre, sino que se celebrará el 4 y 5 de octubre, con ocasión del Jubileo de los Migrantes y del Mundo Misionero.

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