El camino cuaresmal, es un espacio litúrgico en que se ofrece a la feligresía una preparación intensa para reflexionar sobre la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús, días que se ven frente a las tentaciones de la actualidad, atracciones erróneas que impiden tener una buena relación con Dios, violentando los mandamientos ya establecidos. Para no caer en tentaciones, se requiere de un trabajo muy interno y persistente de cada uno de nosotros. Lo primero a que nos llama la Iglesia es a detectar cuales son aquellas tentaciones que nos atacan a diario, conociendo cual es la más recurrente que enfrentamos.
Por otra parte, se debe conocer y apegar más a Dios, porque cuando uno le ama no desea fallarle. Con el Miércoles de Ceniza, se da apertura al tiempo litúrgico en donde también se llama al ayuno, oración y la abstinencia, elementos de fe que también ayudan a sobrellevar las tentaciones de la actualidad. Hoy en día, la tecnología ha jugado un papel fundamental acortando distancias y sirviendo como medio de comunicación durante la emergencia sanitaria, pero que, a la vez, es una herramienta que se convierte en un distractor del camino correcto que estamos llamados a seguir. Por otra parte, la tentación de creer que los bienes materiales pueden llenar el corazón del hombre, se ha convertido en un estímulo de la humanidad, siendo la mayor aspiración de la persona “tener” en lugar de “ser”.
“La tentación es algo a lo que nos enfrentamos día a día y que estará presente a lo largo de la historia, por lo que hay que estar alerta, vigilante, no descuidarse, teniendo presente cual es la mayor debilidad que se tiene como humano; con la oración y los sacramentos podremos lograr ir fortaleciendo estas situaciones que se van presentando, sin olvidar la confesión” detalla el Presbítero Héctor López, párroco de la comunidad Madre Dolorosa.
