Más de 100 años han pasado del famoso ”milagro del sol”, un momento en el que reunidos miles de fieles católicos a convocatoria de Francisco, Jacinta y Lucía, lograron ser testigos de un hecho sin precedentes donde la naturaleza pudo evidenciar la presencia de Dios y sobre todo de la siempre Virgen María.
El 13 de octubre de 1917, en la última de sus apariciones en Cova da Iria, Fátima, los tres pastorcitos de Fátima tuvieron tres visiones.
- En la primera de ellas, junto a San José, apareció Nuestra Señora del Rosario, con el Niño Jesús en el regazo.
- En la segunda visión, surgió una imagen de Nuestra Señora de los Dolores con su Hijo que pasaba por grandes sufrimientos por su pasión redentora
- En la tercera y última visión, se apareció la gloriosa Virgen María, coronada como Reina del Cielo y de la Tierra, la Madre de Dios, como Nuestra Señora del Carmen, teniendo el Escapulario en la mano.
Lo curioso y rico a la vez, es la notoria presencia de las advocaciones de María, sus ropajes que buscaron dar un sentido referente a rezar el Santo Rosario por el sufrimiento de la humanidad, teniendo un sacramental poderoso.
En 1950 preguntaron a la hermana Lucía dos Santos, Carmelita Descalza, el por qué cree apareció la Virgen del Carmen con el Escapulario en las manos, ella respondió mencionando que: ′′Nuestra Señora quiere que todos usen el Escapulario”; según Lucía, esta prenda de fe, es una de las cláusulas del mensaje de Nuestra Señora en Fátima.