La experiencia que muchos jóvenes viven al participar en las jornadas mundiales convocadas por el Santo Padre, sin duda marca sus vidas. Tan fuertes son los momentos vividos que tanto muchachos como muchachas, ha determinado servir a Dios luego de haber estado en una adoración al Santísimo o incluso solo haber visto pasar el Papamóvil frente a ellos y recibir la bendición del Sucesor de Pedro. Sin embargo, en todas las JMJ no se puede dejar de lado el papel de la Madre de Dios y Portugal, que será la sede de este evento, es una tierra de peregrinación mariana por excelencia, ya que está bajo el patronazgo de María en la advocación de Fátima.
Experiencias
Nora Gabriela Herrera, quien es parte del ministerio de música católica Resurrección y quien fue parte de la Pastoral Juvenil, reconoce la importancia de la Virgen María en estos eventos. “Ella es el reflejo más grande del amor de Dios y los jóvenes debemos ver en la Madre de Jesús, el camino que nos conduce hacia Él” expresó y agregó que “al ser ella la patrona de la siguiente JMJ, nos hace una invitación directa a entregarnos como jóvenes a Dios a través del rezo del Rosario y sobre todo a ser como ella, humildes y amorosos con el prójimo”.
Compañera de viaje
Por su parte, Dulce del Cid quien participa en la Pastoral Juvenil de la Parroquia El Salvador del Mundo, dice que la Virgen debe de ser un ejemplo de amor en nuestra vida. “Siento que, en la JMJ de Portugal, el abrazo de la Madre de Dios nos servirá como un impulso para ser agentes de cambio en un mundo asolado por la pandemia”. Dulce también dice que esta jornada no solo debe de ser un paseo sino “una experiencia que acreciente nuestro espíritu misionero. Es un honor saber que la Santa Madre nos guiará en ese caminar, sobre todo en esta crisis que se nos dejará muchas lecciones”.
