Junto a la pandemia del COVID-19, uno de los desafíos más urgentes que la sociedad debe enfrentar es la “globalización de la indiferencia”, esa actitud egoísta y despreocupada ante el sufrimiento de los demás, ha alcanzado una dimensión mundial. En reiteradas ocasiones el Papa Francisco se ha referido a este tema de vital importancia.
Vacuna
Utilizando un juego de palabras, se sabe que ya existen varios antídotos contra esta mortal enfermedad, por lo que se debe aplicar una “vacuna contra la indiferencia”. El Padre Pablo Vásquez dijo que “En este tiempo estamos llamados a poder cuidarnos y encerrarnos en nuestras casas, pero eso no significa que cerremos el corazón, que cerremos nuestra caridad, nuestra preocupación y nuestro amor por los demás. Cuaresma es el tiempo de compadecer, de sentir, de padecer con el otro, por lo que la caridad y el amor perfecto, es la mejor vacuna que podemos tener”.
Acciones
Para la aplicación de este “remedio espiritual” se necesitan acciones concretas en favor de aquellos más desposeídos. El Sucesor de Pedro en su mensaje para la Cuaresma de este año, recordó que “Vivir este tiempo de caridad, quiere decir cuidar a quienes se encuentran en condiciones de sufrimiento, abandono o angustia a causa de la pandemia de COVID-19”. El Obispo de Roma también señaló que “la caridad es el impulso del corazón que nos hace salir de nosotros mismos y que suscita el vínculo de la cooperación y de la comunión”. Ante esto, diversos sectores de la Iglesia reafirman esta postura y aseguran que en la medida que se lleve a la práctica, se tendrá una sociedad más justa y solidaria.
Reacciones
Melvin Paguada, presidente del Grupo de Empresarios y Profesionales Católicos (GEPROCA) detalló que “No podemos ser indiferentes y la Iglesia nos invita a actuar y salir en busca de nuestros hermanos necesitados”. Sumado a esto, Marizela Turcios, encargada de Cáritas Suyapa, enfatizó que “Debemos de practicar la caridad como un sinónimo de bondad, de solidaridad y afecto por aquellos que más lo necesitan. Empecemos por nuestra familia, llevando concretamente todas estas actitudes y continuemos con los que están cercanos a nosotros”. Por su parte, Fernando Figueroa, coordinador nacional del Movimiento de Encuentros de Promoción Juvenil, aseveró que “Es necesario que podamos quitarnos ese sentimiento de indiferencia que ha sido parte de nuestra sociedad, ha sido parte de nuestra cultura”. Figueroa añadió que en este tiempo de Cuaresma “aprendamos en nuestro día a día a buscar el rostro de Cristo presente en aquel hermano que requiera desde una palabra de aliento, hasta alguna acción en particular que necesita recobrar la esperanza”.
Misericordia
En este tiempo cuaresmal, practicar las obras de misericordia espirituales y corporales, son un ejercicio idóneo para luchar contra la indiferencia que tanto daño hace en una sociedad. Son prácticas que se pueden realizar de manera personal o comunitaria.
Bienaventuranzas
Jesús en el Evangelio también presenta las bienaventuranzas como camino de santidad y de amor concreto. En la medida que cada obra de estas se va realizando en las personas, estás van generando virtudes que sirven para luchar contra la indiferencia.
Solidaridad
Este valor, entre más se practica, más ayuda a la persona a salir de sí mismo, a configurarse con Jesús que nos manda a amar a los hermanos. Esto se puede promover en comunidad para atender las necesidades de aquellos que sufren en esta pandemia.