Acomodarse en la fe es algo peligroso y debe ser atendido de inmediato. Con la crisis sanitaria, esto se pudo haber acentuado por la “costumbre” de ver o escuchar la Misa sin tener que ir al templo, esto mismo ocurre con los grupos y movimientos.
Comprensión
“Quedarse estancado es algo latente y que puede ocurrir”, afirma Julio Casulá, coordinador arquidiocesano de la Pastoral Juvenil al mencionar que “cada movimiento debe aceptar su realidad y reconocer si están o no en esta situación”.
Esto puede suceder por la pandemia o por la cotidianidad, por lo que Casulá también expresa que al reconocer su realidad es más fácil saber qué camino tomar, “se retomarán labores qué tal vez se hacían por monotonía, pero que ahora esas pequeñas acciones son las que volverán a reactivar el grupo o la pastoral a la que pertenece”.
Fernanda Cruz Bejarano, quien es parte de la Dimensión de Espiritual del Movimiento Emproista, expresa que el trabajo no se ha detenido, pero ahora se necesita adoptar nuevas medidas para continuar en esta misión. “Los diversos grupos y movimientos han tenido que buscar una manera de resurgir y no quedarse en la virtualidad siempre tomando las medidas de bioseguridad” apuntó Cruz y agregó que “a medida que las restricciones comiencen a disminuir, se prevé más eventos que permitan una asistencia de personas limitada, pero con los demás participando a través de las redes sociales. Se tienen que combinar ambas opciones para evitar contagios”.
1 Refrescar
Más de lo mismo tiende a no dar un buen efecto y si a eso se le suma la falta de reuniones presenciales, de actividades y de formación permanente dada la pandemia, es necesaria una innovación en las formas de atraer a más personas a los grupos y de crear experiencias valiosas en ellas.
2 Motivar
El deseo de no seguir en comunidad puede presentarse, por lo que una de las prioridades para los líderes grupales, es la búsqueda de los miembros que han presentado conductas de alejamiento o desmotivación, ardua tarea que conlleva esfuerzo y compromiso, buscando comprender las causas de su desánimo.
3 Opciones
Existen diversas maneras de cómo volver a la presencialidad y es comenzando por servir en una Eucaristía, la adoración a Jesús Sacramentado, la Lectio Divina, un acto penitencial o impartir un tema, que son eventos en los que se puede controlar el distanciamiento y las medidas de bioseguridad.