La penitencia en el Adviento prepara nuestro corazón para la Navidad

Este momento de gracia, es también un llamado a la conversión

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El Adviento y su espiritualidad son una riqueza que guía al fiel católico a la celebración principal: la Navidad. Las muestras de devoción popular y el ambiente de la época, hacen que el Adviento no cambie la invitación a un proceso personal y eclesial de conversión como lo menciona el Catecismo de la Iglesia Católica.

Andrés Ferrera, músico y predicador católico, afirma que “Aunque la espera del Adviento tiene un carácter festivo, también es penitencial, ya que nos invita a más oración, ayuno y a las obras de misericordia”. Con la llegada de la Navidad, Ferrera expone que “hay que limpiar el corazón de todas las cosas malas que hay en él y adornarle con buenos sentimientos y nuestras virtudes”. Andrés, da otra idea para que este período tome tinte penitencial, afirmando que, de manera especial es importante recibir el sacramento de la Reconciliación en este tiempo. “La liturgia de la Iglesia ya no hace un llamado tan intenso a la penitencia en Adviento como en Cuaresma, pero ella nunca debería faltar, aunque solo se practique a título personal”, concluyó.

Actitud

Para el Presbítero Carlos Lagos, párroco de la comunidad San Francisco de Asís en el municipio de Reitoca, dice que “En este tiempo litúrgico se suele resaltar más el tema de la esperanza, sin embargo, el cristiano que guarda alegría y esperanza en su corazón por la venida de Jesús, se sabe necesitado no solo del amor de Dios, sino también de su misericordia’’. El Padre Lagos, diserta que “ahora, es el nacimiento en el pesebre de nuestro corazón, que tiene lugar en la medida en que nos vamos sensibilizando” con buena preparación penitencial, se obtendrá un fructífera Navidad. “Ya no es el acontecimiento histórico del niño que nace en Belén, es el nacimiento en nuestro corazón, que tiene lugar en la medida en que nos vamos sensibilizando”, dijo. El Padre Orvin David, Vicario en la Catedral Metropolitana, es del criterio que “En el tiempo del Adviento, el Señor nos invita a fortalecer nuestra fe, adhiriéndonos a Él cada vez mejor y de eso depende la preparación personal que tengamos”.

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