La fe es el fuego vivo que impulsa la acción pastoral de la Iglesia. En el centro de nuestra misión, la fe se erige como el modo específico de comprender la realidad y acompañar a los demás en su camino vocacional.
La Fe como Fuente del Discernimiento Vocacional
La fe es la fuente primaria del discernimiento vocacional. Ofrece contenidos, articulaciones, estilo y pedagogía. A partir de la fe, adquirimos una mirada pastoral intencionada, pues cada acción pastoral encuentra su origen y su núcleo en la fe. Quien vive de fe busca vivir su existencia como Jesús vivió la suya entre nosotros.
Esto se refleja en cada aspecto de la pastoral: el acompañamiento es la pedagogía adecuada para una vida de fe, la vocación es el estilo de vida de quien es llamado, y la misión es el contenido fundamental de toda vocación. El triple paso del discernimiento (reconocer, interpretar, elegir) es la articulación propia del camino de descubrimiento y aceptación de nuestra vocación.
Sensibilidad y Antropología Vocacional
La fe no solo guía nuestras acciones, sino que también moldea nuestra comprensión del tiempo, el espacio, la sociabilidad y la historia. Nos enseña a ver la vida a través del lente de la fragilidad, el don y la hospitalidad. Reconocer el vínculo entre sensibilidad creyente y antropología vocacional es esencial: la vida de fe, arraigada en la experiencia de Jesús, nos revela nuestro origen en el amor de un Dios que crea para la alianza y llama a la comunión.
Conclusión
La fe es el corazón de toda acción pastoral. Nos impulsa a vivir y actuar de manera que refleje el amor y la misión de Jesús, guiando cada paso de nuestro camino en la Iglesia y en el mundo.