Con la celebración del Miércoles de Ceniza se inicia el tiempo cuaresmal, un tiempo de conversión y reconciliación que se vivirá en medio de la pandemia. Este día, la Iglesia manda a hacer ayuno y abstinencia. Están exentas de estas practicas las personas menores de 14 años y mayores de 60 años, así como aquellos que padecen una enfermedad que les impida cumplir esta práctica y las mujeres en estado de gestación. El llamado a la conversión es uno de los principales temas que se hablará en este tiempo, se pueden practicar las obras de caridad corporales y espirituales y vivir las virtudes teologales y cardinales.
Sólo en la Arquidiócesis de Tegucigalpa, se celebran más de 200 eucaristías, en donde se coloca la ceniza a todas las personas, sin importar su condición o estado de vida. El color morado, símbolo de la penitencia prevalece en todos los templos. Para este día, asisten muchos católicos a Eucaristía, pero les invita a que participen siempre activamente.
La imposición de la ceniza no es ritual de buena suerte, ni se coloca por superstición, es un recordatorio de la naturaleza frágil del ser humano, que siempre necesita la ayuda de Dios. Lejos de ser un gesto puramente exterior, la Iglesia lo ha conservado como signo de la actitud del corazón penitente que cada bautizado está llamado a asumir en el itinerario cuaresmal.
Ceniza
La ceniza que miles de fieles recibieron este día en su cabeza y no en la frente como se acostumbra en el país, es producto de la quema de las palmas que se utilizaron el año anterior en el Domingo de Ramos y de años anteriores que se tienen en reserva. Esta práctica tiene su origen en la Biblia y es una llamada a la conversión, la penitencia y el arrepentimiento, que nos recuerda de dónde venimos.
La cantidad de palmas que se ocupan varía. En la Catedral y en Suyapa normalmente se utilizan alrededor de 30 a 50 palmas para este proceso, por la cantidad de eucaristías que se celebran este día. Este año, se ha preparado un poco más de ceniza en cada uno de los templos, por la que se entrega a los fieles para llevar a sus hogares y realizar la imposición en la Iglesia doméstica, especialmente para aquellos que no pueden asistir al templo para prevenir contagios por el Covid-19. Si bien el significado de las cenizas no es de carácter bendicional y sacramental, es un signo externo que mueve a la conversión, a despojarse del viejo hombre y revestirse de uno nuevo. La imposición de la ceniza viene a ser también, una reafirmación de la fe cristiana ya que expone la condición pecadora que cada uno lleva. Es el día que más eucaristías se celebran.