Cada año la población del territorio hondureño, sufre de las carencias del vital líquido, con el fenómeno “El Niño” y con la llegada del verano viene también la preocupación para miles de familias en el corredor seco, pues el agua se vuelve escasa afectando sus cultivos y sus quehaceres diarios.
Problemática que también se vive en la zona sur de la región hondureña, en donde año con año se ha reportado pérdidas en la ganadería y el cultivo de granos básicos, para dar paso a la siembra de monocultivos como el melón, sandía, además, la industria del camarón y la instalación de parques para la generación de energía solar.
La falta de agua no es un problema exclusivo de la zona sur de Honduras. La falta del vital líquido se ha extendido a varias regiones del territorio hondureño, el estrés hídrico también se vive en las principales ciudades del territorio, tal es el caso de Tegucigalpa y Comayagüela, en donde más de 188 barrios y colonias viven en vulnerabilidad, teniendo en muchas ocasiones hasta un mes sin el servicio del agua potable.
Según lo manifestado por los expertos la solución a la problemática que atañe a millones de hondureños, es la construcción de represas, proyectos que se han venido pensando con el paso de diferentes administraciones, sin el logro de llegar a un fin que pueda dar solución a la situación que lamentan los hondureños.
La región hondureña posee agua suficiente, sin embargo, sus recursos hídricos no están distribuidos de manera equitativa, han puntualizado los representantes del sector agro y ganadero, quienes son los mayores afectados con la situación y aún en tiempos de verano, donde se da más el fenómeno de la sequía.
En las últimas décadas el acceso de agua potable se ha convertido en un gran problema social y económico debido, esto es parte al crecimiento de la población lo que incrementa la demanda, postura que han tenido las autoridades, por lo que señalan que se continúan con los planeamientos, por lo que invitan a la ciudadanía a cuidar del preciado líquido.