Fuera del plan maestro del matrimonio no se puede concebir nada más

Una parte de la sociedad impulsa el matrimonio igualitario, pero la Iglesia mantiene firme su postura de luchar por lo instaurado por Dios

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Educar en la fe y en los valores de casa, es la misión para que se continúe con la gracia sacramental del Matrimonio y todos sus beneficios en favor de la construcción del reino.

Esclarecer

Con las pugnas y exigencias de diversos grupos que están ligados a intereses económicos, sociales y políticos, la Iglesia sale al paso, pero siendo clara en que hay mucho por lo que se debe de luchar. El Padre Javier Martínez, sacerdote diocesano formado en ética y moral, afirma que “Vivimos momentos difíciles, porque las instituciones más sólidas y nobles son atacadas por ideas y formas de vidas equivocadas”.

El presbítero pone en alerta de que en la actualidad lo que no es real, natural, verdadero y humano, quiere ser reconocido y no importa a costa de qué o cómo, aunque ello implique la destrucción del matrimonio. Martínez también apunta que ninguna unión puede equipararse al matrimonio, porque este tiene un carácter divino plasmado en Genesis 1 versículo 27, donde dice “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó”, esto es un designio de Dios, desde el punto de vista natural como en el de la gracia” y agrega que “quien además diserta que el cimiento puesto desde el inicio de los tiempos con la unión de sexos opuestos, es el plan piloto para darse por entero”.

Incompleta

Los objetivos de procrear y guiar a los hijos con valores y un testimonio cimentado en el plan de Dios, es algo que se busca con la unión entre hombre y mujer, pero esto no se podría dar con un matrimonio entre personas del mismo sexo, por lo que el Padre Juan Carlos Martínez, Asesor de la Pastoral Familia y párroco de la Catedral de Tegucigalpa, afirma que “La pareja homosexual no puede aportar un modelo completamente adecuado de la figura de padre o madre que se necesita para el desarrollo psicológico normal del niño, ni puede proveer un buen significado de lo que constituye una relación verdadera de marido y mujer’’.

La óptica de familia, no debe de perderse de vista al referirse al matrimonio. El Padre Juan Carlos añade que “como familias cristianas estamos llamados a poder brindar una educación sólida en valores humanos y cristianos a los niños y jóvenes para que no caigan en estas situaciones desorientadas de la sexualidad en la persona’’.

Peligros

Teniendo claro que el matrimonio verdadero se gesta en el amor de un hombre y una mujer, el Padre Javier Martínez, dice que se deben tener reservas ante ciertas peticiones, porque se quiere cobijar legalmente un deseo particular hasta el punto de argumentarlo como un derecho y también aporta que “la unión debe favorecer el respeto por la dignidad humana y la construcción del otro como persona. Equiparar en el plano antropológico será sacrificar el amor conyugal, favorecer la deshumanización y la perdida de la dignidad de la persona, ya que sería distorsionar la comunión de amor y la comunidad de vida entre un hombre y una mujer”, concluyó. Finalmente, el Presbítero Javier expresa que, por atentar contra la justicia del plan natural de Dios y de la formación de una familia, la Iglesia no aceptará el matrimonio entre personas del mismo sexo.

1 Finalidad

El matrimonio original tiene el fin de la procreación, mismo que no puede ser dado en las uniones homosexuales, por lo que este no llegaría a su plenitud. Siempre existirá un vacío que llenar, aunque haya planes de adopción, los hijos completan el amor del hombre y la mujer.

2 Sostener

Los planes de Dios son perfectos y en la Biblia hay textos referentes, por lo que promover el matrimonio homosexual, va claramente en contra de los preceptos del Señor. Como cristianos, se debe respetar más no aceptar este tipo de relaciones que son contra la naturalidad.

3 Fortalecer

La labor de la Iglesia en la promoción del sacramento del Matrimonio como único camino para conducir una relación, debe ser encarnada por los mismos hombres y mujeres que decidieron amarse para siempre. El testimonio arrastra en una sociedad que busca coherencia de fe y amor.

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