Francisco afirma que la fraternidad es la nueva frontera de la humanidad

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Un día histórico para la humanidad se vivió este día, que se conmemora la primera Jornada Internacional de la Fraternidad Humana, un evento que busca concientizar en el valor de la fraternidad, en reconocer que todos somos hermanos. Contó con la participación del Papa Francisco y el gran Imán de Al-Azhar, máxima autoridad del Islam. Francisco advirtió en su participación que la fraternidad es la nueva frontera de la humanidad y dijo que “O somos hermanos, o nos destruimos mutuamente. Hoy no hay tiempo para la indiferencia. No nos podemos lavar las manos. Con la distancia, con la prescindencia, con el menosprecio. O somos hermanos —permítanme—, o se viene todo abajo”. Por su parte, el gran Imán defendió el derecho a vivir en paz, reconociendo las diferencias entre nosotros”, y se comprometió a trabajar siempre con el Papa Francisco “para hacer realidad los principios de la fraternidad humana”.

Francisco participará de la primera Jornada internacional de la Fraternidad Humana

Antecedentes

El 4 de febrero de 2019, durante su viaje apostólico a los Emiratos Árabes Unidos, el Papa y el Gran Imán de Al-Azhar, Ahmad Al-Tayyeb, firmaron el documento sobre la Fraternidad Humana por la Paz Mundial y la Convivencia Común.

«Hermanos todos» la nueva Encíclica del Papa sobre la fraternidad y la amistad social

El 21 de diciembre de 2020, la ONU declaró el 4 de febrero como Día Internacional de la Fraternidad Humana, a partir de 2021. Al adoptar la iniciativa, la Asamblea General de la ONU invitó a los Estados miembros, al sistema de las Naciones Unidas y a otros a observar el día anual de la manera que cada uno considere apropiada para promover el diálogo interreligioso e intercultural.

VIDEO: La fraternidad, intención de oración del Papa para este mes.

Le presentamos a continuación el texto íntegro de las palabras del Papa en el primer día internacional de la Fraternidad Humana:

PRIMER DÍA INTERNACIONAL DE LA FRATERNIDAD HUMANA

VIDEOMENSAJE DEL SANTO PADRE FRANCISCO

Jueves, 4 de febrero de 2021

Hermanas y hermanos, esa es la palabra: hermanas y hermanos. Afirmar la fraternidad, de modo especial a usted, mi hermano, mi amigo, mi compañero de desafíos y de riesgos en la lucha por la fraternidad, el Gran Imán Ahmed el Tayeb, a quien le agradezco la compañía en el camino por la reflexión y la redacción de este documento que fue presentado hace dos años.

Su testimonio me ayudó mucho porque fue un testimonio valiente. Yo sé que no era una tarea fácil. Pero con usted pudimos hacerla juntos, y ayudarnos mutuamente. Lo más lindo de todo es que ese primer deseo de fraternidad se fue consolidando en verdadera fraternidad. Gracias hermano, gracias.

También quiero agradecer a su Alteza el Sheikh Mohammed bin Zayed por todos los esfuerzos que ha puesto para lograr seguir adelante en este camino. Creyó en el proyecto. Creyó. Y también creo que es justo agradecer, y me permita usted, señor Juez, la palabra: “l’enfant terrible” de todo este proyecto, el juez Abdel Salam, amigo, trabajador, lleno de ideas, que nos ayudó a seguir adelante. Gracias a todos por apostar por la fraternidad, porque hoy la fraternidad es la nueva frontera de la humanidad. O somos hermanos, o nos destruimos mutuamente.

Hoy no hay tiempo para la indiferencia. No nos podemos lavar las manos. Con la distancia, con la prescindencia, con el menosprecio. O somos hermanos —permítanme—, o se viene todo abajo. Es la frontera. La frontera sobre la cual tenemos que construir; es el desafío de nuestro siglo, es el desafío de nuestros tiempos.

Fraternidad quiere decir mano tendida, fraternidad quiere decir respeto. Fraternidad quiere decir escuchar con el corazón abierto. Fraternidad quiere decir firmeza en las propias convicciones. Porque no hay verdadera fraternidad si se negocian las propias convicciones.

Somos hermanos, nacidos de un mismo Padre. Con culturas, tradiciones diferentes, pero todos hermanos. Y respetando nuestras culturas y tradiciones diferentes, nuestras ciudadanías diferentes, hay que construir esta fraternidad. No negociándola.

Es el momento de la escucha. Es el momento de la aceptación sincera. Es el momento de la certeza que un mundo sin hermanos es un mundo de enemigos. Quiero subrayar esto. No podemos decir: o hermanos o no hermanos. Digámoslo bien: o hermanos, o enemigos. Porque la prescindencia es una forma muy sutil de la enemistad.

No sólo hace falta una guerra para hacer enemigos. Basta con prescindir. Basta con esa técnica —se ha transformado en técnica—, esa actitud de mirar para otra parte, prescindiendo del otro, como si no existiera.

Querido hermano Gran Imán: gracias por su ayuda, gracias por su testimonio, gracias por este camino que hemos hecho juntos.

Congratulación del Santo Padre al Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, galardonado con el Premio Zayed.

Quiero felicitar por este galardón al Secretario General de las Naciones Unidas y agradecerle todos los esfuerzos que hace por la paz. Una paz que sólo se va a lograr con un corazón fraterno. Gracias por lo que hace.

Congratulación del Santo Padre a Latifa Ibn Ziaten, galardonada con el Premio Zayed.

Querida hermana, tus últimas palabras no son dichas de oídas o convencionalmente, “somos todos hermanos”. Son el convencimiento. Y un convencimiento plasmado en el dolor, en tus llagas. Vos jugaste tu vida por la sonrisa, jugaste tu vida por el no resentimiento y a través del dolor de perder un hijo —solamente una madre sabe lo que es perder un hijo— a través de ese dolor tú te animás a decir “somos todos hermanos” y a sembrar palabras de amor. Gracias por tu testimonio. Y gracias por ser madre de tu hijo, de tantos chicos y chicas; por ser madre hoy de esta humanidad que te está escuchando y que aprende de vos: o el camino de la fraternidad, o hermanos, o perdemos todo.

Gracias, gracias.

 

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