“En Jesús no hay negociación, todo es verdad, todo es compasión”: Monseñor José Vicente Nácher

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En la homilía de este domingo durante la Eucaristía en la catedral metropolitana San Miguel Arcángel, monseñor José Vicente Nácher hizo énfasis que el Evangelio de hoy nos recuerda que Jesús al ver a las multitudes se compadecía de ellas porque estaban extenuadas y desamparadas, “Como ovejas sin pastor, esta es una relación de causa y efecto, la compasión que siente Jesús al ver la realidad de la gente y la respuesta que da por sí y por los suyos, porque la respuesta de Jesús no vamos a pensar que es algo pasado y que terminó, sino que Él quiso mantener presente y eficaz en el tiempo a través de la Iglesia iniciada y fundamentada en el Colegio Apostólico” apuntó.

Algo que es muy importante señaló, es saber ver a los demás y dejarnos ver por Dios conforme Él nos ve en su verdad que nos ilumina, pero también en su elección que nos une a su misión. Además, resaltó que la Iglesia está llamada a vivir esa misma compasión que brota del saber ver y dejarse ver por Dios, porque la compasión forma parte de la misma entraña de la Iglesia.

Ser compasivos siempre

“No es que tengamos que mostrarnos con un rostro amigable, sino que es algo que brota de nuestro propio ser y que se debe manifestar en todas nuestras actividades como Iglesia, desde grandes campañas, en celebraciones litúrgicas, hasta en la forma de cómo abrimos la puerta de la oficina parroquial, la manera como nos detenemos cuando una persona nos interrumpe porque necesita decirnos algo, en todos esos detalles estamos llamados a expresar la compasión que forma parte del ser de la Iglesia” dijo el sexto arzobispo de Tegucigalpa.

En su mensaje también detalló que “La verdad de Dios, de Jesús va unida, siempre unida a su compasión, y en Jesús no hay negociación, todo es verdad, todo es compasión”. Al tiempo que indicó, “que la gratuidad es otro concepto específico de Jesucristo, porque el mundo, la catequesis de la sociedad, del ambiente, es siempre de consumo, de retribución, de méritos o de trampas, Etc. Pero no consiguen el concepto de la gratuidad”

Recordó que ninguno de nosotros había hecho méritos para existir antes de existir, y que San Pablo nos dice, “gratuitamente ustedes sin merecerlo han sido redimidos, el cristianismo, el ser de la Iglesia, es un ser que se vive se comparte en gratuidad”

Y culminó diciendo que la misión de la Iglesia se activa cuando nos dejamos ver por Dios, cuando sabemos ver con compasión a nuestros hermanos.

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