La Eucaristía en la Basílica Nuestra Señora de Suyapa hoy fue oficiada por el padre Rodolfo Varela, en su homilía dijo: nos dice San Juan Crisóstomo, “hay que tener bien presente lo que nos dice el Señor respecto al templo, mi casa es casa de oración”.
Si tenemos presente esto, sostuvo, el Señor nos lo va a decir, pero “ustedes lo han convertido en cueva de ladrones”, como nosotros debemos respetar o enseñar que el templo es casa de oración. Esto viene desde que somos pequeños y a los niños se les tiene que enseñar.
El templo es casa de oración, explicó, “yo creo que todos hemos estado más de alguna vez en alguna eucaristía que nos cuesta concentrarnos, porque hay más de algún niño, corriendo por todo el templo, sonando sus zapatos, gritando o llorando y nos cuesta mantenernos en oración, cuando está el niño haciendo esto”.
Que es lo que se debe hacer indicó, castigar al niño no, el niño no ha desarrollado el uso de razón a menos que ya este grande, pero por lo general quienes hacen eso son los niños pequeños de tres, cuatro años, y dos años, ¿Quién es el responsable allí?, del escándalo que está haciendo el niño, los papás.
Entonces los papás son los que deben procurar que el niño no haga bulla, no haga escándalo en el templo, el niño no tiene uso de razón desarrollado, hay que salirse con el niño. Hay que traerle pepe, hay que traerle agua, traerle jugo, para que el niño se entretenga, porque el no ha desarrollado el uso de razón y no va a entender lo que está pasando sugirió.
Hay que traerlo, si hay que traerlo señaló, para que él se vaya acostumbrando al ambiente del templo. “Pero hay que cuidar que el niño no interrumpa la oración de los demás, que el niño no desconcentre a los que están haciendo oración, porque el templo es un lugar sagrado y lo sagrado se respeta, y hay que ir educando a los niños desde pequeños, que el templo es un lugar sagrado y lugar de respeto”.
Segundo, una vez que el niño va aprendiendo a orar va desarrollando el uso de razón, comentó, se le enseña que al templo se viene a orar, “cuantos de ustedes no tendrán recuerdos con sus abuelos, con sus papás, cuando venían a ver la “virgencita” a la Virgen de Suyapa y veían cómo sus abuelos y sus papás se arrodillaban en los reclinatorios de “aquí o de la ermita para rezar y esto hay que enseñárselo a los niños también , nadie aprende a rezar solo, siempre hay alguien que enseñe”.
Pues hay que enseñarles a los niños también, que el templo es casa de oración que hay que respetarlo, no hay que hacer bulla y que hay que orar.
Y en tercer lugar puntualizó “hay que enseñar que el tempo es un lugar donde se viven los momentos que marcan nuestra vida o etapas de nuestra vida, primera etapa que se marca en el templo, nuestra iniciación de la vida cristiana, el sacramento de la salvación, de la entrada a la salvación, el Bautismo, cuando somos bebés, cuando estamos pequeños”.
El sacerdote se refirió a los sacramentos, “después cuando recibimos la Sagrada Comunión, en nuestra infancia, luego en nuestra juventud o adolescencia, la confirma y ya adultos, recibimos el sacramento del matrimonio o el sacramento del orden”.
Para concluir dijo que el templo es lugar testigo de acontecimientos que marcan nuestra vida, cuando somos bebés, cuando somos niños, cuando somos jóvenes y cuando somos adultos, todo esto hay que enseñarlo a las nuevas generaciones, porque parece que no lo saben y nosotros somos los responsables de enseñarles que el templo es casa de oración”.