El padre Rodolfo Varela en la Misa hoy en la Basílica de Suyapa en su homilía manifestó “tras ocho meses estar a medio pulmón la economía de nuestro país, azotados por una pandemia mundial, nos azota una tormenta, el huracán ETA”.
El padre sostuvo que a pesar de estar ocho meses a medio pulmón la economía se dio la generosidad, y eran furgones y camiones de ayuda, la Iglesia, instituciones civiles de voluntariado, ayudando a los damnificados y se dio aquel amor, aquella solidaridad, el pueblo hondureño ayudando al mismo pueblo.
“Íbamos muy bien”, recalcó “y nos cae la noticia de que viene otro y otro, y estaba la incertidumbre si nos iba a afectar o no nos iba a afectar, si iba a ser fuerte o no tan fuerte y vuelve a inundar”.
Hoy el Evangelio nos dice: “después de la multiplicación de los panes Jesús manda a sus discípulos a subir a la barca, en la madrugada el viento comienza a azotar la barca, Jesús se acerca caminado sobre ellos sienten temor Jesús les dice no teman”.
Hoy nos vuelve azotar la naturaleza y el Señor nos dice “no teman”, como me decía una amiga ayer, que difícil es decir no tengo miedo cuando el viento sopla fuerte, que difícil es decir no tengo miedo cuando el agua está llegando al cuello, cundo la casa se esta deshaciendo, y ciertamente es difícil decir no tengo miedo.
El sacerdote dijo que para desaparecer el miedo hay que poner la mirada en Jesús, para caminar sobre el agua hay que poner la mirada en Jesús, como Pedro, “Señor si eres tú mándame ir a ti caminando sobre el agua, ven le dice el Señor y Pedro comienza a caminar sobre el agua”.
¿Qué representa el agua, en la antigüedad? Se preguntó, “el mar representa la maldad, lo desconocido lo que da miedo, así representan las tempestades en nuestra vida, la incertidumbre ¿Qué vamos hacer? ¿A dónde vamos ir a dar? ¿Cómo vamos a recomenzar?, la incertidumbre da miedo.”
“Pero Pedro comienza a caminar sobre el agua porque sigue las instrucciones del Señor, en qué momento se comienza a hundir Pedro, cuando vuelve a sentir miedo se comienza a hundir y grita Señor sálvame y el Señor ni corto ni perezoso le extiende la mano dice el texto”.
Lo sostuvo, es el Señor el que nos va a sostener cuando el agua nos esté llegando al cuello, cuando estemos con la incertidumbre, cuando estemos con el miedo, pero hay que mirar al Señor y decirle Señor sálvame, para que sea el Señor que nos sostenga, para que sea el Señor que disipe los vientos, los miedos, la incertidumbre la desesperanza.
Y si Él ya multiplicó los panes, si Él ya miró la generosidad “el pueblo hondureño lo puede volver a dar y vamos a salir adelante, pero hay que poner la mirada en el Señor, reconocerlo como los apóstoles el verdadero Hijo de Dios y seguir sus pasos como lo hicimos con ETA, fuimos generosos, fuimos solidarios ayudamos a los necesitados”.
Pues la solidaridad, pues la generosidad se nos está volviendo a pedir, “el Señor nos pide que estemos pendientes de aquellos más necesitados, que les demostremos que no están solos, que el Señor los sostiene en medio de la tempestad” concluyó.