En Honduras, los campesinos se dedican a trabajar la tierra que es muy rica en producción de vegetales, frutas y cría de animales. Son muchos los hombres y mujeres que aprovechan día a día la riqueza del suelo y sus minerales, pero ellos se han convertido en uno de los sectores que ha quedado en el olvido, haciéndolos vulnerables en todo sentido. El año 2020 se convirtió en uno con las mayores pérdidas para el rubro del agro tras el paso de las tormentas tropicales Eta y Iota, sumándose las consecuencias que ha dejado la emergencia sanitaria por el COVID-19.
“Como sector campesino, hemos tenido y presentado perdidas muy grandes. Alrededor del ochenta por ciento de nuestras cosechas se perdieron luego del paso de ambos fenómenos naturales, condición que no logramos solventar en los cinco meses que llevamos del 2021, por lo que es justo y necesario que el Gobierno nos apoyé con los diferentes programas para salir de esta crisis, porque esto solo agrava la problemática alimentaria que estamos viviendo” relató con mucha preocupación doña María Paulina Bejarano, miembro del Consejo Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras (COCOCH).
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Ante esta exigencia, el titular de la Secretaría de Agricultura y Ganadería (SAG), Mauricio Guevara, ha respondido afirmando que existen centenares de programas y proyectos para este sector fundamental y pilar en la economía del país. “Las pérdidas, que reconocemos que son enormes, convierten el agro en uno de los sectores más vulnerables. Siempre se les ha apoyado con bonos solidarios que incluyen unos 200 millones de lempiras, más 500 millones para atender la crisis de Eta y Iota” dijo Guevara y afirma que “de igual manera se ha destinado 300 millones para el rubro cafetalero”.