En su primer encuentro con los peregrinos después del bloqueo decretado por la pandemia estaba muy sonriente.
El Pontífice ha querido rendir homenaje a los médicos, enfermeras y voluntarios que se han contagiado por ayudar a los enfermos.
Francisco manifestó “Recuerdo agradecido y admirado a quienes, cuidando a los enfermos en esta pandemia, han dado la vida. Vamos a rezar en silencio por los médicos, voluntarios, enfermeras, todos los trabajadores sanitarios y muchos otros que han dado su vida durante este periodo”.
El Papa ha pedido también que se dé prioridad a garantizar la salud de las personas, especialmente las que no tienen recursos para costear los tratamientos. Al Papa le preocupa la situación de los pueblos amazónicos, de quienes nadie se ocupa.
El Santo Padre dijo “Muchas personas se han contagiado y han fallecido, también en los pueblos indígenas, que son particularmente vulnerables”. “Pido que a nadie le falte atención médica. Cuidar de la gente, no ahorrar para la economía. Cuidar de las personas, que son más importantes que la economía”.
Francisco se despidió con un sonriente, “nos vemos pronto, en esta misma plaza”. La policía solo permitió el paso de varias cientos de peregrinos a la plaza de San Pedro, para obligar a mantener la distancia y evitar posibles contagios.