Previo a rezar la oración mariana del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico su Santidad el Papa Francisco invita a todos los fieles a tener ojos y corazón libres de los prejuicios y abiertos al asombro, a las sorpresas de Dios, a su presencia humilde y escondida en la vida de cada día.
“Sin apertura a la novedad y a las sorpresas de Dios, sin asombro, la fe se convierte en una letanía cansada que lentamente se apaga” reflexionó el Pontífice.
El Papa Francisco nos invita a detenernos en la actitud de los paisanos de Jesús, que conocen a Jesús, pero no lo reconocen, hay diferencia entre conocer y reconocer, ”el conocer superficial no reconoce la unicidad de una persona es un riesgo que todos corremos: pensamos que sabemos mucho de una persona, la etiquetamos y la encerramos en nuestros prejuicios”. Esto sucede cuando hacemos que prevalezca la comodidad de la costumbre y la dictadura de los prejuicios, así es difícil abrirse a la novedad y dejarse sorprender señaló el Santo Padre.