La mañana de este sábado, 30 de julio, el Santo Padre a su regreso de Canadá se dirigió a la Basílica de Santa María La Mayor, en Roma, deteniéndose en oración ante el icono de la Virgen Salus Populi Romani, para darle gracias por su 37 viaje apostólico internacional.
Tras unas seis horas de vuelo, el Pontífice regresó a Roma desde Canadá a las 8.06 horas, concluyendo así su 37º viaje apostólico internacional. Al eco de los cánticos y los aplausos de jóvenes y ancianos inuit, protagonistas del último encuentro del viaje, el Pontífice abandonó ayer la ciudad de Iqaluit, capital del Estado de Nanavut, para dirigirse al aeropuerto local y despedirse de Canadá. Informaron los medios locales.
En el vuelo de regreso de Canadá, Francisco se refiere al viaje que acaba de terminar y del viejo y nuevo colonialismo. Dice que aún no ha pensado en renunciar, pero le resta importancia: “se puede cambiar de Papa”. Habla del camino sinodal en Alemania, del desarrollo de la doctrina y de la importancia de las mujeres en la transmisión de la fe.
Lo que sucedió con los indígenas fue un genocidio. Respondiendo a una pregunta de una periodista canadiense, el Papa Francisco, en el vuelo de regreso.
A través de Twitter, el Papa ha querido enviar un mensaje personal a todos los pueblos indígenas con los que se ha encontrado durante el viaje de esta semana: “Queridos hermanos y hermanas de los pueblos indígenas”, tuiteó el Pontífice, “vuelvo a casa llevando en mi corazón un tesoro hecho de personas y pueblos que me han marcado; de rostros, sonrisas y palabras; de historias y lugares que me acompañarán siempre”. Gracias a todos desde el fondo de mi corazón”.