Colaboración Francisco Sosa
Un impulsor de la educación en el departamento de Olancho falleció recientemente en Estados Unidos, el presbítero Ricardo Donahue, comenzó a vivir eternamente para Dios. Su legado, perdura en aquellos que convivieron con él y que ahora, añoran su partida. Asimismo, las obras que el realizó son un ejemplo de su contribución en el desarrollo específicamente en la educación en Olancho.
Biografía
Nació en Newton, Canadá el 5 de septiembre de 1944; un sacerdote que contaba con una maestría en Educación, y en Administración de Empresas, pedagogo, misionero y de carácter fuerte, un retador, pero no en mal sentido, fungió como párroco de la Catedral Inmaculada Concepción de María de Juticalpa desde 1992 hasta el 2004.
Llegó a Honduras en el año de 1991 por un periodo de tres años, luego se convirtieron en seis y al final fueron 25 años brindados al servicio del departamento de Olancho realizando la apertura de varios centros educativos, que hoy son un pilar fundamental en el sostenimiento y desarrollo de la educación.
Fundación
En 1996 fundó las escuelas Nazaret y el centro de educación Concepción de María, en compañía de la profesora Blanca Rivera. En 2002 erigió el Instituto Cardenal Rodríguez, en 2003 la Escuela Bilingüe Santa Clara y en 2008, el Instituto Bilingüe Santa Clara. Estos proyectos educativos han sido de beneficio para más de mil jóvenes, llevando a cabo cada año promociones de graduados entre 70 y 80 jóvenes. En el año 1999 fue parte fundamental en la construcción del campus universitario de la Universidad Católica en Juticalpa. Él decía que “Para construir una ciudad, hay que pensar primero en una escuela, hay un mundo más grande que Olancho y la forma de cambiar este país es con tres cosas: Educación, educación y educación”.
“La educación es clave para el mundo, la sociedad y sus hombres pensantes, sin olvidar los valores morales y espirituales” Padre Ricardo Donahue
Organización
Entre otro de los proyectos que impulsó el presbítero, está la fundación Olancho AID, una institución que ejecuta programas de desarrollo social en el departamento de Olancho brindando apoyo a 25 comunidades que se benefician con filtros de agua purificada. Carlos Nájera, director ejecutivo de Olancho AID dijo: “Durante 15 años que trabajé con él, aprendí a valorar tres cosas: Dios, la familia y el trabajo”. Por gestión directa del Padre Ricardo, también con el apoyo de bienhechores donantes de Estados Unidos, se trabajó en 50 escuelas, reparándoles techos, pisos, pintándolas y dotándoles de materiales educativos, todo esto al sector público. Cabe destacar que estos beneficios de estas escuelas, la comunidad también ha puesto de su parte, con la mano de obra y otros. Con la partida del Padre Ricardo Donahue al mundo celestial estos proyectos quedan en manos de la Diócesis de Juticalpa para su continuidad y seguir beneficiando al departamento de Olancho.