La pandemia y las consecuencias negativas que va dejando a su paso, remarca la cruda realidad de la persecución y de la violencia contra quienes se llaman seguidores de Cristo.
Valentía
Para la doctora Iris Laínez, “La sangre de los mártires se derrama en los hospitales sin medicamentos, en las calles por la delincuencia, en las mesas sin comida, en las manos sin trabajo”. Ante estas realidades que evidencian la desigualdad, la galena también afirma que ahora se martirizan familias, almas, cuerpos y todo un país. “La forma cambia, pero el mártir es ahora el pueblo. El martirio sigue estando presente como camino de santidad basado en las realidades”, dijo.
Ejemplos Tal como San Juan El Bautista y otros mártires de la Iglesia, el cristianismo sigue viendo en ellos un modelo a seguir. Así lo enlaza Javier Suazo, Diácono Permanente de la Arquidiócesis de Tegucigalpa, al decir que “Nos sentimos profundamente interpelados y conmovidos por esa entrega radical, como referentes en este momento histórico donde hay tantas etiquetas, máscaras y disfraces”.
El martirio sigue estando presente en la Iglesia y mucho más cuando la fuerza abrumadora del poder autoritario impone su verdad como norma, doctrina o ideología, alejándonos de la verdad última que es el amor, acotó Suazo.
Los cristianos son encarcelados injustamente
Según este listado internacional, miles de cristianos son apresados y llevados a los tribunales de manera injusta por el solo hecho de manifestar su fe, sumado al ataque a más de 4 mil iglesias y sus respectivas propiedades.