Durante la homilía oficiada este domingo desde la Basílica de Suyapa S.E. Oscar Andrés Cardenal Rodríguez hace referencia a la fiesta de Cristo Rey poniendo en contexto la realidad de Honduras, también nos invita esta semana que sea de reflexión antes de las elecciones, en silencio no es simplemente para todos los despropósitos de esas propagandas vacías, sino para que cada uno como creyentes nos pongamos en silencio oración.
También pidió a todos los candidatos a cargos de elección popular que se sitúen delante de Dios y de su conciencias y preparen este proceso de elecciones, no con angustia, ni miedo, ni odio, sino con Dios en la oración, tenemos que poner a Dios en medio de nuestra sociedad que está llena de violencia y de cultura de muerte reflexionó el Cardenal.
Es lamentable la ambición por la búsqueda de poder sin tener en cuenta los valores morales sin tener en cuenta a Dios y todo eso se derrumba así como el Imperio Romano se derrumbó ante Pilato.
Hoy que celebramos a Cristo rey nos preguntamos, ¿reina Cristo verdaderamente? ¿quién reina en el mundo? la ambición del dinero, el poder el placer sin reglas morales, sistemas económicos y políticos fracasados que se quieren presentar como la panacea, “Qué triste que hayan tantos Pilatos que tienden a esclavizarnos” necesidades exageradas de ser reconocidos de ser importantes una imagen falsa que tiraniza, todo lo que domina y nos quita la libertad puede convertirse en un rey falso.
Nos exigen tributos de tiempo y de dinero, cuánto tiempo perdido en concentraciones políticas que son vacías de contenido, llenas de gritos e insultos, de odio pero no de propuestas y de caminos para algo mejor.
S.E. Oscar Andrés Cardenal Rodríguez lamentó que la mentira es aceptada en el mundo político, en la economía, en la información hasta en las relaciones personales; dominan las llamadas Fake news difundidas a través de prensa escrita, radio, televisión, redes sociales y cuyo único objetivo es la mentira, la manipulación.
Finalmente pidió que hoy en la fiesta de Cristo Rey, el señor Jesús renueve nuestra esperanza y nuestra vida.