El camino de la cruz debe de alentarnos a no decaer como sociedad

Esta Semana Santa será diferente luego de casi 3 años de vivirla en medio de la indiferencia que nos dejó la pandemia con la esperanza de llegar a una Pascua gloriosa y renovada

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Cada año la Semana Santa, que inicia con el Domingo de Ramos y concluye con el de Resurrección, es un tiempo que nos llama a la reflexión, para poder meditar el más grande sacrificio de amor que hizo Jesús para salvar a la humanidad, pero para muchos feligreses y a la sociedad en general, la desesperanza es mucha por las crisis que atravesamos como país. Las prácticas de piedad, las obras de misericordia y el acompañamiento de las actividades parroquiales, ayudan a fortalecernos en la fe, aunque algunas actitudes, tanto de nuestras autoridades como de los que nos rodean en casa, el trabajo e incluso en las mismas comunidades a las que asistimos nos hacen que la perdamos, sin embargo, debemos de cargar con estas “cruces” para poder purificar nuestras vidas y así recibir el gran momento que se da en la Vigilia Pascual que es donde reconocemos que Jesús ha vencido a la muerte y perdonado nuestros pecados.

Significado

El padre Santos Pablo Vásquez, párroco de la comunidad San Martín de Porres, expresa que “En Semana Santa ¿En qué pensamos?, pensamos en si vamos a vacacionar, a salir en familia, que no es malo, pero no debemos de olvidar que tenemos que rezar y acompañar a Santa María camino a la cruz con su Hijo”. Vásquez también invitó a la población a darle continuidad a lo que hemos vivido en la Cuaresma, ser solidarios con los demás. “Es practicando las obras de caridad cuando más Dios nos recompensa, pero no dando lo que nos sobra, sino de lo que tenemos”. Este también es un tiempo de reconciliación, de levantarse de la pereza, porque viene el tiempo de la Pasión y Muerte de Jesús, pero con miras en la Resurrección”, finalizó.

Participación

Durante estos días santos, se realiza una serie de prácticas en las que se incluye el rezo del Vía Crucis, la participación en las misas, Etc. Según el padre Pablo Hernández, párroco de la comunidad Nuestra Señora de Guadalupe de esta capital, lo más recomendable es que se realicen estas prácticas para poder vencer los problemas que nos aquejan como sociedad. “La práctica del Vía Crucis bíblico, por ejemplo, nos ayuda a que, en cada estación, se vaya demostrando realmente que, lo que estamos meditando, es Palabra del Señor y que se debe de tomar como un ejemplo para hacerle frente a los ataques que se reciben a diario como familia y también como sociedad”, dijo.

Solidaridad

Marizela Turcios, coordinadora voluntaria de Cáritas Suyapa, junto con su equipo se han proyectado con las familias necesitadas y aún más con los adultos mayores. “La crisis que el mundo y el país están viviendo, nos hace un llamado a ser mucho más solidarios. Tenemos que ser más fraternos, cercanos, con esas poblaciones que están sufriendo”, dijo Turcios. Por otro lado, esta activa mujer manifestó que “no tenemos que desanimemos, actuemos con fe y solidaridad, y yo les hago un llamado a los laicos para que ayudemos a dignificar la vida de nuestra población”. Finalmente, las acciones que realiza la Iglesia Católica, nos deben de motivar a ejercer la solidaridad, ya que es el mismo Cristo en el rostro de los que sufren y que nos piden ayuda, haciendo eco de lo que nos pide el Evangelio de San Mateo al recordarnos “Porque tuve hambre y me diste de comer, tuve sed y me diste de beber” y que al final este tiempo de reflexión, nos haga mejorar como sociedad.

“La cruz del Señor nos enseña a amar y perdonar”

El Papa Francisco, en su mensaje para el Domingo de Ramos del año 2022 señaló que, tanto por los efectos de las guerras, los desastres por el cambio climático y la indiferencia en que nos dejó sumidos la pandemia, la humanidad quedó más dividida entre oprimidos y opresores. El Obispo de Roma alentó a todos a seguir el ejemplo de Jesús en la cruz, quien ante el inmenso dolor que padecía no pensó en salvarse a sí mismo, ni respondió a sus verdugos con gritos o rabia, sino que rezó a Dios para que los perdone. En este sentido, el Sucesor de Pedro señaló que “Salvarse a sí mismo, pensar en sí mismo y no en los demás, es el estribillo de la humanidad que ha crucificado al Señor”.

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