“Siempre tengo mala suerte”, “Siento que nadie me comprende”, “Mi vida es un desastre”, “Solo a mí me pasan estas cosas”, suelen ser las frases que constantemente la población repite para autocompadecerse y conseguir a la vez lástima en los que les rodean.
Tomar papel de víctima es una tendencia que consiste en la búsqueda de la clemencia ajena con intención de encontrar consuelo y validar sus emociones y vivencias, hasta llevarlo al punto de convertir el sufrimiento en su forma de vida.
Dicha actitud, es el resultado de la frustración y falta de sentido de vida y que, en la actualidad, debido a la crisis sanitaria que atravesamos por el COVID-19, ha incrementado significativamente y orienta a las personas a convertirse en “mártires de su propia historia”, así lo expone la psicóloga, Lourdes Contreras.
Estrategia
Así mismo, Contreras indica que este comportamiento se caracteriza por la constancia de defenderse con quejas y excusas, proyectar la carencia de autoestima que vive la persona y el negativismo que alimenta el sentimiento de lástima y que siempre busca refugiarse en un papel de persona afectada de manera permanente, una técnica manipuladora que espera obtener empatía y reconocimiento por parte del círculo que le rodea.
“Es importante tomar conciencia del papel fundamental que juega la salud mental en el desarrollo de la persona. Propiciar espacios para fomentar la cultura del cuidado emocional y de esta manera instruir a la sociedad para el cultivo de la responsabilidad emocional”.
1 Responsabilidad
La persona prefiere no afrontar la responsabilidad de sus acciones, ya que no se siente preparada para el fracaso, entonces acaba proyectando toda esa culpa para los demás como método para liberarse de sí mismo.
2 Negatividad
La baja autoestima promueve expectativas negativas de sí mismo, lo que deja como consecuencia suponer que las circunstancias que viven únicamente ellos las padecen, a tal punto que deforman la realidad en que se encuentran, sin tomar acciones que puedan restaurar la misma.
3 Acompañamiento
La Hermana Belinda Rodríguez, acompañante espiritual, considera que “El paso inicial es reconocer que existen irregularidades en el comportamiento de la persona y estima asistir a un profesional de la salud mental. El acompañamiento de un especialista y la red de apoyo de la persona, es trascendental para el proceso de mejora en la inteligencia emocional y de esta forma aprender a gestionar las emociones”.
Le puede interesar: