EDITORIAL-Nuestra voz | San José ejemplo de hombre y papá

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La primera noticia que el Evangelio de San Mateo nos ofrece sobre José, es que era “Hijo de Jacob y que era el esposo de María de la que nació Jesús”. El Papa Francisco promulgó el 7 de diciembre de 2020 la Carta Apostólica “Patris Corde” (Con corazón de padre) en conmemoración del 150 aniversario de la declaración de San José como Patrono Universal de la Iglesia Católica, carta con la que se instituye el año 2021 como el año de “San José”, el modelo perfecto de paternidad según la inspiración de Dios. A medida que nos preparamos para celebrar el día del Padre en honor a San José el 19 de marzo del Año Jubilar 2021, creemos que es oportuno referirse a él como modelo y ejemplo para padres y esposos de las familias actuales y la importancia del papá en nuestras vidas.

La crisis de la familia parece haber ido de la mano con la pérdida de la devoción a San José; hemos llegado a un extremo en que ya no se puede señalar la diferencia anatómica de hombres y mujeres, porque se considera sexista y homofóbico. Y aunque el mundo marcha hacia la eliminación de la familia y del rol de padre como elemento central para la crianza de los hijos, necesitamos descubrir el silencioso ejemplo de un hombre judío que desafió las costumbres de su tiempo y aceptó lo que el “Ángel de Yahvé” le inspiró.

La paternidad ejercida por José no se limitó a brindar sustento, seguridad y protección a Jesús; fue mucho más allá que eso. No habría palabras adecuadas para describir la relación papá/hijo establecida entre José y Jesús, pero quienes han tenido la fortuna de tener un padre responsable y amoroso saben lo que eso significa, de tal manera que de ninguna forma debemos relativizar la paternidad de José para destacar que Jesús es el Hijo de Dios (segunda persona de la Trinidad), pues Jesús es plenamente hombre y plenamente Dios.

En honor a San José y a ejemplo de su vida, un padre católico puede convertirse en un papá único practicando la oración, descubriendo su vocación en el servicio a su familia, siendo valiente, desprendido de lo material y obediente a la voluntad de Dios.

Todos estamos llamados a imitar su vida de humildad, paciencia, prudencia, obediencia, castidad, fidelidad, valentía, esfuerzo y “Que San José sea para todos un maestro singular en el servir a la misión salvífica de Cristo, tarea que en la Iglesia compete a todos y a cada uno: a los esposos y a los padres, a quienes viven del trabajo de sus manos o de cualquier otro trabajo, a las personas llamadas a la vida contemplativa, así como a las llamadas al apostolado” (Redemptoris Custos, Núm. 32).

Y con profundo amor y devoción pedimos al “Santo del Silencio” la protección de todos los papás de Honduras con esta oración: “Salve, custodio del Redentor y esposo de la Virgen María. A ti Dios confió a su Hijo, en ti María depositó su confianza, contigo Cristo se forjó como hombre. Oh, bienaventurado José, muéstrate padre también a nosotros y guíanos en el camino de la vida. Concédenos gracia, misericordia y valentía, y defiéndenos de todo mal. Amén.

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