El padre Rodolfo Varela ofició la Misa hoy en la Basílica, en su homilía manifestó que la primera lectura el salmo y el evangelio nos está pidiendo que seamos sencillos y humildes, lo contrario de lo que es una persona humilde y sencilla a una persona soberbia.

El padre Rodolfo que las personas mejor preparadas y con mayor capacidad no se consideran las personas más aptas para x cargo, pero a lo largo de la vida nosotros nos vamos encontrando con muchas personas que está ocupando una función o un cargo y que no tenemos idea porque lo están ocupando, porque no lo están desempeñando bien, eso lo vamos a encontrar en la escuela, en el colegio, en la universidad, en el trabajo, en la comunidad en la iglesia, en el gobierno en cualquier lugar”.

Varela dijo que a estas personas se les puede comparar como a una tortuga en la cima de un poste, ustedes se imaginan a una tortuga encima de un poste, si ustedes llegasen a ver a una tortuga en la cima de un poste, lo primero que van a pensar es no puedo creer que es tortuga este allí.

Al mismo tiempo se pregunto ¿cuál sería la diferencia entre una persona soberbia y la tortuga que está encima de un poste?, que cuando uno la baje de allí la tortuga va a estar agradecida, en cambio la persona soberbia se va a sentir indignada de haberla quitado del cuerpo del cargo para lo que no era competente.

Jesús nos dice en el Evangelio “te alabo Padre Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos y se las has revelado a las personas sencillas”, dice san Agustín sobre este texto del Evangelio, “Jesús cuando se refiere a los sabios y entendidos no los contrapone a los imprudentes a los necios a los bobos, los contrapone a la gente sencilla”.

Jesús se está refiriendo a los que se autodenominan sabios y entendidos de la época y pasa, lo que pasó con Satanás, ¿cuál es la leyenda de Satanás, porque se le llama Lucifer estrella de la mañana?, porque era el portador de la luz, también se le llama Luzbel, luz bella, pero él se fijó en si mismo y dejó de fijarse en Dios y por eso fue su caída estrepitosa, porque se volvió soberbio, nos lo dice la primera lectura a caso el hacha alardea por su uso y no el leñador.

Continua diciendo San Agustín sobre este texto, “estos que se autodenominaban sabios y entendidos eran tinieblas peo se creían luz y por creerse luz, no se podían dejar iluminar, en cambio los sencillos, también eran tinieblas, pero no se autodenominaban luz, sino que se reconocían como tinieblas y al reconocerse como tinieblas, se dejaban iluminar por el Señor” .

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