El uso de mascarillas y equipos de bioseguridad sigue siendo una de las principales medidas de prevención para evitar los contagios por COVDI 19. El incremento de estos productos para la población y la utilización en los hospitales, debido al aumento de casos positivos en el país ha provocado que los residuos hospitalarios se tripliquen, un peligro inminente para el cuidado del medio ambiente. A partir del uno de septiembre, hasta el próximo cuatro de octubre, la Iglesia celebra el jubileo de la Tierra, convocado por el Papa para recordar el 50 aniversario del nombramiento del Día de la Tierra. Esta conmemoración, sirve para reflexionar sobre el cuidado que requiere la Casa Común, especialmente en este tiempo de pandemia.
Residuos Según informe de la alcaldía municipal del Distrito Central, la capital genera un estimado de 34 toneladas de basura por semana afirma Germán Pavón, gerente de aseo de la comuna capitalina. Pavón afirma que inicialmente en las primeras cuatro o cinco semanas de la pandemia, durante la población respeto el confinamiento, las cantidades de residuos fueron bajas, “incluso se llegó a disminuir del promedio de 34 toneladas por semana a un 30 por ciento de esta cantidad, solo se generaba el 70 por ciento de lo que normalmente se genera en la ciudad”, dijo. La situación cambio a medida que fueron aumentando el número de casos, el número de atenciones, el número de triajes que se fueron abriendo, “fuimos aumentando hasta llegar a la terrible cifra de más de 94 toneladas en una semana, esto se dio hace menos de un mes. Solamente de desechos hospitalarios peligrosos, biológicos, infecciosos de los cuales COVID-19 representaba alrededor de las 85 toneladas”, afirmó.
Recolección Para la recolección de los centros hospitalarios y los centros de triaje, el funcionario de la alcaldía aseveró que se designaron vehículos especiales para la recolección de este material. Uno de los grandes problemas se da con los desechos de bioseguridad que se dan en los hogares que cuentan con casos positivos y población en general. Las autoridades habilitaron la línea telefónica 100 para que las personas que eran positivas por el nuevo coronavirus, llamarán para que llegará un equipo especializado a llevarse el residuo COVID, ante esto, Ponce lamentó que “solo 20 personas llamaron y solamente dos hicieron uso del servicio debido a que todavía sigue siendo un tabú el que llegue un camión especializado a recoger sus residuos”.
Problemática Según la última estimación de generación de residuos sólidos hecha por la Dirección de Gestión Ambiental de Mi Ambiente, 267 municipios cuentan solo con un botadero a cielo abierto, y solo cinco cuentan con un relleno sanitario mecanizado. Otros municipios tienen rellenos manuales, o botaderos controlados. Actualmente solo siete municipalidades en el país, cuentan con celdas especializadas para el tratamiento de desechos hospitalarios. El aumento de este tipo de desechos puede ocasionar, un efecto nocivo para el ambiente, porque si no se realiza el tratamiento adecuado, dejará secuelas en la salud de las personas, no solo por el nivel de contagio que puede ocasionar, sino por los efectos a largo plazo. Marvin Martínez, encargado de la Dirección de Gestión Ambiental señaló que “El mal manejo de los residuos COVID-19 afectan el ambiente porque algunos de estos residuos son tirados a las calles arrastrados por las corrientes cuando llueve van a los ríos llegan a las playas y al mar afectando la vida marina. Asimismo, este tipo de residuos es un riesgo para los recolectores por lo que ellos deben usar los equipos de protección personal para ese tipo de trabajo”. Estos materiales no solo son un foco de contagio, sino que además pueden acabar en la naturaleza, en las vías fluviales y océanos, donde pueden permanecer cientos de años. El COVID 19 también ha aumentado el consumo de otros plásticos desechables como bolsas, botellas de agua, recipientes para enviar comida a domicilio o embalajes del comercio por internet.
Tratamiento de los desechos COVID en el hogar
En el hogar si hay personas con sospechas de COVID- 19 o contagiados deben a aislarse y depositar los residuos de equipo de protección y otros que generen depositarlos en una bolsa cerrarla rociar un desinfectante y colocarla en una segunda bolsa, sellarla, desinfectarla y colocarle infeccioso para entregarla al camión recolector. Esto se realizan cuando la bolsa llegue a la mitad de su capacidad. Los guantes y mascarillas, utilizadas por la persona que realiza debe manejarse de igual forma, pero depositados en otro recipiente similar que esté ubicado fuera del cuarto del paciente. Se debe mantener los residuos en un lugar seguro hasta que los recolectores vayan por los residuos.
94 toneladas de desechos hospitalarios se produjeron en la semana 20 de la pandemia en el país, siendo esta la de mayor impacto ambiental.
7 municipalidades en el país cuentan con las celdas especializadas para el tratamiento de los desechos hospitalarios.
100: La Línea telefónica que se puede acudir para que las autoridades asistan a los hogares para retirar los desechos COVID y evitar la propagación.
Necesitamos una conversión ecológica
P. Nelson Ortiz, encargado de la Pastoral Ecológica de la Diócesis de San Pedro Sula
El Papa Francisco dijo en la bendición Urbi et Orbi que “Habíamos pretendido vivir con salud en un planeta enfermo”, es que realmente hemos sido nosotros partícipes de causarles esa enfermedad. el mundo es una casa común, no somos lugares aislados, sino que nos tenemos que entender desde un conjunto. El mundo, una Casa Común, un espacio sagrado de convivencia como lo dicen algunos teólogos de Latinoamérica, el mundo como ese lugar de encuentro, de culturas, de pueblos. Tenemos que aprender de esta situación. Si no cambian nuestras relaciones con el Medio Ambiente, sino cambian nuestras relaciones con la vida silvestre, vamos a seguir viviendo en situaciones similares o más difíciles de poder sostener. Aprender a mirar con ojos diferentes este lugar que Dios nos dio para habitar. Allí es donde entra la profundidad de la conversión ecológica. Si realmente los cristianos tuvimos una conversión a la vida cristiana desde el Bautismo, tenemos que convertirnos ecológicamente a raíz de esta situación caótica que vivimos como humanidad y también como Iglesia. A raíz de esta experiencia de pandemia, es preocupante, alarmante la cantidad de desechos en el mar, la cantidad de mascarillas. El Papa Francisco en la Encíclica Laudato Si, en el primer capítulo, en la mirada a la realidad en el numeral 21 nos habla de la cultura del descarte, nos dice que tenemos que considerar la contaminación producida por los residuos, incluyendo los desechos peligrosos en distintos ambientes y más ahora, cuántas mascarillas hemos visto en los océanos, aún la humanidad no ha aprendido en su totalidad de esta lección que estamos viviendo como pandemia, es necesario la conversión ecológica, es necesario que llegué a nosotros el convertirnos ecológicamente.