Según la historia y lo dado a conocer por medios religiosos, San José de Cupertino caía constantemente en éxtasis. Sus hermanos frailes y los fieles lo vieron “volar” en varias ocasiones.
Es por eso que esta figura de santidad es considerada como el Santo “Volador” ya que cierto día los religiosos lo vieron elevarse hasta una estatua de la Virgen que estaba a tres metros y medio de altura y darle un beso al Niño Jesús. Luego rezó en el aire con intensa emoción.
Entre otro de los milagros se ha dado a conocer que tenía el poder el exorcismo con una potente frase, “Sal de esta persona si lo deseas, pero no lo hagas por mí, sino por la obediencia que le debo a mis superiores”. Y los demonios salían.
A pesar de ser un santo poco conocido, se ha dicho que tenía la característica de estar en dos sitios a la vez, tenía el don de curar con la señal de la cruz, tenía la gracia de leer los corazones, según los escritos.
Al pasar por un campo y se ponía a rezar, las ovejas se reunían a su alrededor y escuchaban atentas sus oraciones, de igual forma las golondrinas volaban alrededor de su cabeza y lo acompañaban.
Parte de los milagros de este hombre que hoy es testigo y ejemplo de fe dentro de la comunidad cristiana, cuya figura que la Iglesia católica hoy recuerda a nivel mundial.
