Julio es consagrado en Honduras a intensificar la oración por las vocaciones, pidiéndole al Señor que, quienes reciban su llamado, sean generosos en su respuesta para servir al Señor, ya sea desde la vida religiosa, sacerdotal o el matrimonio.
Durante todo el mes, se realizaron varias actividades, entre ellas, las horas santas vocacionales de cada jueves, en donde se ruega al dueño de la mies, que envíe más operarios a su mies.