Sin duda que lo que se ha vivido este día en la arquidiócesis, es un hecho histórico que no se presenciaba desde hace unos 30 años, luego de que Su Eminencia Óscar Andrés Cardenal Rodríguez, tomara posesión como V Arzobispo de Tegucigalpa y quien hoy han celebrado la Misa de su predecesor, Monseñor José Vicente Nácher Tatay C.M., que a partir de este día comienza su Gobierno Eclesial.
En presencia de muchos invitados especiales, entre los que se contó con la presencia de su familia y el clero sampedrano, al cual conoció muchos años al estar al frente de la parroquia San Vicente de Paul, Monseñor Nácher, pudo dar gracias a Dios por esta misión que hoy arranca y que, con las oraciones de su pueblo, se podrá desarrollar por varios años.
Durante la celebración se vivieron momentos de sentimientos encontrados, como cuando fue revestido y recibió el abrazo de sus hermanos obispos. Al entregársele la mitra, el báculo, su anillo y el solideo, las personas se emocionaron y recibieron a Su Excelencia Reverendísima con un sonoro aplauso, pero, al mismo tiempo, con oraciones pidiendo por el comienzo de su gestión como VI Arzobispo de esta porción de la Iglesia de Honduras.
Alegre recibimiento
La Basílica de Suyapa resultó insipiente para la cantidad de personas que llegó a acompañar este hecho histórico. De igual forma fueron muchos los sacerdotes que llegaron a recibir a su nuevo pastor. Presbíteros de la Arquidiócesis de San Pedro Sula, también acaloraron este evento, ya que Monseñor Nácher formó parte de esta zona pastoral por muchos años al frente de la parroquia San Vicente de Paul.
Emocionante encuentro
Cada momento vivido este histórico acontecimiento, estuvo marcado por sentimientos de mucha alegría y nostalgia, esto, porque el pasado Gobierno Eclesial, que estuvo a manos del Cardenal Rodríguez, quien ahora es Arzobispo Emérito, duró 30 años sin contar con los 14 que estuvo como Obispo Auxiliar. Ambos prelados se mostraron muy alegres de poder llegar a este momento que escribe una página más en la historia eclesial de la Arquidiócesis de Tegucigalpa y también de la Iglesia hondureña.
Palabra de Dios
La Palabra de Dios siempre ha estado presente en nuestra vida y sin duda alguna, será el camino que también será tomado por Monseñor José Vicente Nácher Tatay. En esta consagración, se le imponen las Sagradas Escrituras sobre su cabeza y se le entrega como un signo de que él tiene que seguir lo que Dios nos manda. Este momento se vivió con mucha intensidad y oración por parte de la feligresía y los invitados especiales a este evento. Monseñor José Vicente también reconoció que solo con Dios de la mano, se puede lograr avanzar en los trabajos que se tienen en la arquidiócesis, sobre todo, el acompañamiento pastoral a los grupos y movimientos.
Símbolo de dignidad
La mitra se ha utilizado dentro de la Iglesia Católica como un elemento característico de la indumentaria del clero desde el siglo V. Al principio, probablemente era un accesorio no litúrgico que el Papa usaba durante los cortejos solemnes. Posteriormente, el Sumo Pontífice adoptó la tiara, un símbolo de la autoridad papal, como tocado característico, que permanecerá en uso hasta el pontificado de Pablo VI (1963-1978). Monseñor Nácher la recibió con mucha humildad y sencillez.
Autoridad y humildad
El anillo del Arzobispo, ha sido en todo tiempo y en todos los pueblos un signo de autoridad, de dignidad y preeminencia. La Iglesia no tardó en adoptar este uso y prescribió se diese el anillo al obispo el día de su consagración, como signo de la eminente dignidad que inviste. El anillo es, en fin, la marca de la discreción que caracteriza al obispo y del silencio que debe guardar siempre que las circunstancias o la naturaleza de los objetos lo exija. Este objeto suele ser de oro o materiales preciosos. Lo lleva en el cuarto dedo de la mano derecha porque con esta mano bendice al clero y a los fieles. Monseñor José Vicente lo ve también como un compromiso recibido de manos de su antecesor, quien sabe que podrá dar continuidad al trabajo de esta Arquidiócesis.
Pastor incansable
El báculo es usado en la liturgia solemne por el obispo durante la procesión de entrada, durante la proclamación del Santo Evangelio y la bendición final. Monseñor José Vicente Nácher, lo tomó con mucha sencillez y con esta responsabilidad, el entiende que deberá de guiar a la grey arquidiocesana siempre buscando a las “ovejas” que han resultado heridas por la indiferencia y las crisis existenciales.
La cruz pectoral
Esta cruz que portará el Arzobispo de Tegucigalpa, fue recibida con el compromiso que la asumió el Señor Jesús, que es el de llevar el peso de toda esta zona pastoral, con mucho amor, pero a la vez, con entrega y dedicación. La cruz pectoral debe de usarse también cuando los obispos se revisten para celebrar una función litúrgica. En estos casos, debe de usarse por debajo de la casulla y de la dalmática, o debajo de la capa pluvial, conforme al Ceremonial de Obispos.
Primera Bendición
Las palabras de Monseñor José Vicente, siempre están acompañadas con un mensaje esperanzador para la Arquidiócesis. Él sabe que toma este cargo con mucho amor y el compromiso de poder ser un “pastor con olor a oveja” como lo pide el Papa Francisco. La primera Misa será oficiada el domingo 26 de marzo, que es el quinto de Cuaresma, en donde ofrecerá también la primera homilía al frente de esta zona pastoral.