Editorial | Nuestra voz |Adiós y bienvenida al señor Arzobispo

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El 3 de febrero del año 1993 el obispo hondureño Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga, SDB., de 51 años de edad tomó posesión como quinto Arzobispo Metropolitano de Tegucigalpa y tras 30 años de arduo y consagrado trabajo, su solicitud pastoral sostuvo cada día su determinación de gastar su vida en favor del pueblo de Dios que le fue confiado; un hombre de fe, fiel a la verdad y promotor de la justicia, con la sabiduría para saber interpretar los signos de los tiempos y afrontar, con la fuerza constante del Espíritu Santo el reto de guiar una comunidad formada por personas del más variado origen cultural.

¡Gracias Cardenal Óscar Andrés Rodríguez por su entrega!, lo seguiremos recordando con afecto y gratitud. Pero, así como un ciclo finalizó, uno nuevo y esperanzador inició cuando el Papa Francisco nombró un nuevo arzobispo para la arquidiócesis de Tegucigalpa, recayendo dicho nombramiento en el misionero José Vicente Nácher Tatay, CM., en sustitución del cardenal Rodríguez Maradiaga. El 25 de marzo de 2023, en la basílica de Nuestra Señora de Suyapa, marca ese nuevo comienzo al recibir su Ordenación Episcopal y asumir como el Sexto Arzobispo Metropolitano, José Vicente Nácher Tatay, CM., un sacerdote español cuya vida ha sido marcada por la compasión y la solidaridad, como opción para servir a Dios en la persona de los pobres y marginados, especialmente en Honduras.

Un religioso, perteneciente a la congregación de la Misión Padres Paúles, que nació el 10 de abril de 1964 en Valencia, España, que emitió su profesión solemne en la Congregación de la Misión el 20 de enero de 1990, y fue ordenado sacerdote el 26 de octubre de 1991 en la catedral de Valencia por Monseñor Roca Cabanelles, que es Licenciado en Sociología por la Universidad de Alicante, con estudios de Filosofía y Teología en el Seminario Mayor de la Congregación de la Misión de Barcelona y en la Facultad de Teología de Cataluña, entre otros.

Al darle la bienvenida a Monseñor Nácher Tatay CM., extendemos nuestras manos, nuestro corazón y nos ponemos a su lado para ofrecerle toda la colaboración que necesite en la nueva tarea que el Papa Francisco le ha encomendado realizar en esta Iglesia particular, con el fin de ayudarle a desarrollar su ministerio con fortaleza, lleno de rica humanidad que le haga sensible a las alegrías y sufrimientos de su gente. Que la ayuda de nuestra patrona la “Morenita” de Suyapa y de los demás obispos santos que le han precedido en el gobierno de esta arquidiócesis apostólica, le acompañen siempre y le impulsen a cumplir con entusiasmo su responsabilidad pastoral en medio de este pueblo de Dios que lo recibe con esperanza y alegría, siempre enraizado en Cristo y sostenido por la fuerza de la oración y la devoción a la Virgen que le permita renovar cada día su vocación.

¡Bienvenido Monseñor Nácher! no cabe duda que su traslado de la calurosa ciudad de San Pedro Sula a la laberíntica y templada Tegucigalpa, representará un cambio radical no solo en el clima, pero sabemos que los “capitalinos” son excelente compañeros de viaje que lo harán sentir como en casa.

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