En el domingo día del Señor, donde se celebra la Santísima Trinidad, Su Eminencia Cardenal Óscar Andrés Rodríguez, señaló que en la Trinidad reconocemos el modelo de la Iglesia, en el que estamos llamados a amar como Jesús amo al mundo, el Papa Francisco nos dice que es contradictorio pensar en aquellos que se llaman Cristianos y se odian y esto viene a resaltar en el Estado de Honduras, donde se ve una cultura de odio.
El amor es de Dios, de igual manera llamó al silencio en la oración reconociendo si esta Dios, haciendo referencia ante la preocupación de la población que exige la prueba del covid-19.
“Tanto amo Dios al mundo que entrego a su único hijo”, estas palabras son la revelación de amor, resaltando que la Santísima Trinidad no es una ecuación, continuó apuntando el Cardenal Rodríguez, desde la Basílica de Nuestra Señora de Suyapa, en el segundo domingo de junio.
“Que triste que después de la resurrección de Jesús, existen tantos testarudos, que triste que en medio de esta pandemia existen muchos que aún no creen, de cabeza dura, debemos de seguir las recomendaciones que nos dan los médicos, esto debe ser iluminado por el Espíritu Santo”, hace referencia su Eminencia.
De igual manera llamó ala reflexión y al cuidado de la vida, recordando las escenas donde un hondureños muere a la espera de asistencia médica en la zona norte del país.
“Todos estamos llamados a manifestar que Dios es amor y que no está lejos, al contrario está cerca, siempre caminando a nuestro lado compartiendo nuestras alegrías, esperanzas, nuestras fatigas, también en tiempos de coronavirus”.
Creer en la Santísima Trinidad es creer en el amor de que todo es posible, un verdadero amor, es la comunión de la realización social, es creer que el ser humano creado a imagen de Dios, crece cuando ama, ¿Cuanta justicia Social existiría en el mundo? Se preguntó El Cardenal Rodríguez, recordando los escenarios de racismo que se dan a conocer a través de los medios de comunicación.
La crisis de Honduras y del mundo actual, sólo tiene una salida y es el amor, la solidaridad, enmarcó en su mensaje el Arzobispo de Tegucigalpa, Su Eminencia Cardenal Óscar Andrés Rodríguez.
