Vía Crucis, en latín o “Camino de la Cruz”. También se le llama Estaciones de la Cruz y Vía Dolorosa. Se trata de un camino de oración que busca adentrarnos en la meditación de la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo en su camino al Calvario. El camino se representa con una serie de imágenes de la Pasión o “Estaciones” correspondientes a incidentes particulares que Jesús sufrió por nuestra salvación.
Las estaciones generalmente se colocan en intervalos en las paredes de la Iglesia o en lugares reservados para la oración. La finalidad de las Estaciones es ayudarnos a unirnos a Nuestro Señor haciendo una peregrinación espiritual a la Tierra Santa, a los momentos más señalados de su Pasión y muerte redentora. Pasamos de Estación en Estación meditando ciertas oraciones. Varios santos, entre ellos San Alfonso María Ligorio, Doctor de la Iglesia, han escrito meditaciones para cada estación. También podemos añadir las nuestras.
Según la tradición, la Santísima Virgen visitaba diariamente las Estaciones originales y el Padre de la Iglesia, San Jerónimo, nos habla ya de multitud de peregrinos de todos los países que visitaban los lugares santos en su tiempo. Sin embargo, no existe prueba de una forma fija para esta devoción en los primeros siglos.
Antiguamente, el número de estaciones variaba considerablemente en diferentes lugares, pero ahora el Magisterio de la Iglesia Católica prescribe 14:
- Cristo es condenado a muerte
- Jesús es cargado con la Cruz
- Su primera caída
- Se encuentra con su Santísima Madre
- Simón de Cirene es obligado a cargar la cruz
- La Verónica limpia el rostro de Cristo
- Su segunda caída
- Su encuentro con las mujeres de Jerusalén
- Su tercera caída
- Jesús es despojado de sus vestiduras
- Su crucifixión
- Su muerte en la cruz
- Su cuerpo es bajado de la cruz
- Es colocado en el sepulcro
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