El Papa Francisco, ha puesto en el centro de su oración para este mes a las personas con discapacidad al pedir que “Las instituciones promuevan programas de inclusión que potencien su participación activa”. El Vicario de Cristo ha reiterado en muchas ocasiones al respecto, recordando que, “acoger a las personas con discapacidad y responder a sus necesidades es un deber de la comunidad civil y eclesial, porque la persona humana, incluso cuando está herida en la mente o en sus capacidades sensoriales e intelectuales, es un sujeto plenamente humano, con los derechos sagrados e inalienables propios de toda criatura humana”.
Inclusión
Un testimonio vivo de esta petición del Santo Padre, lo vive Lesly Carrasco, junto a sus hijos Pedro Miguel y Jesús Felipe Claros. Pedro Miguel, es el mayor y tiene parálisis cerebral y Jesús Felipe, tiene la condición de autismo. Un programa de participación ha sido los estudios universitarios en la carrera de teología en la Universidad Católica de Honduras. Pedro Miguel, junto a su madre Lesly, concluyeron la carrera de Teología en esta casa de estudios superiores. “Al Señor le pedimos en este tiempo por una mejor inclusión, respeto, ellos son personas hechas a imagen y semejanza de Dios, al igual que todos, merecen respeto y una oportunidad” dijo esta valiente madre. “Son el mejor regalo que el Señor me ha dado, ha sacado lo mejor de mí y ha puesto en el camino ángeles que han estado con nosotros”, dijo.
Empatía
Hugo Mejía, Diácono Permanente, al hablar sobre esta temática lo hace con propiedad. El manifiesta que ellos “Siempre son una bendición, son hijos de Dios, tienen el espacio en el pesebre, es algo hermoso, no es un castigo, es ver como Dios se manifiesta y como tenemos la oportunidad de servir a una persona. Ellos nos muestran el amor de Dios”. El Diácono Mejía detalla la experiencia de amor que viven en su hogar. “Tenemos en casa a una nieta con una discapacidad, ha traído otra calidad de vida, hemos visto algo muy especial y ver como Dios nos ha buscado para ver cómo se manifiesta en esta pequeña criatura”, dijo.
El tiempo de Navidad para una persona con discapacidad
Lesly Carrasco explica que, “Ellos entienden el significado del amor de Dios y el hermoso regalo que hizo el Señor al enviarnos a su hijo, si las personas se toman el tiempo y los traen a la Iglesia, ellos gozan este tiempo. Y cada persona que tiene empatía, que ayuda, que toma de la mano a una persona con discapacidad, mira en esta gente a Jesús”.