Urge una Iglesia valiente y decidida para lograr la conversión pastoral

Con muchas realidades puestas sobre la mesa, el trabajo de la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe, proyecta buenas cosas para el presente y futuro de la Iglesia.

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La idea promovida por el CELAM, reforzada por el Papa Francisco y apoyada por toda la Iglesia, llegó a su parte culminante. La Asamblea Eclesial como evento único en su especie, ha superado las expectativas por el gran compromiso de obispos, laicos y sacerdotes y por la importancia que se le ha dado a escuchar las realidades y testimonios de tantos actores en los diferentes países, incluido Honduras.

Inclusión Fueron cincuenta grupos reunidos de manera virtual de donde surgieron diversas realidades y desafíos. La exigencia de inclusión en la forma de celebrar la fe de los pueblos afros, garífunas y originarios, fue una de las voces que más resonó, la Hermana María Suyapa Cacho, Religiosa de la Congregación de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, tuvo la oportunidad de expresar su sentir sobre el tema y afirmó que “Hay esperanzas grandes con el proceso sinodal de la Iglesia, de alguna manera ya nos están incluyendo, representando a la Pastoral Afro”. La religiosa hondureña, aseveró que “en la medida que haya conversión pastoral y personal, se irá diluyendo la exclusión en nuestra comunidad de fe”.


Conversión pastoral Dentro de las peticiones hechas por los asambleístas y que vienen apoyadas con el proceso de escucha, están la migración, situación que afecta de manera directa a Honduras; ante esto, el Cardenal Álvaro Ramazzini de Guatemala, aclaró que “Se juega mucho con la necesidad del pueblo y esperamos que empiece a resolverse con programas específicos, siendo una pequeña gota en el océano”.

El Cardenal Ramazzini, lamentó que no se dé públicamente la información de reuniones que tienen que ver con temas migratorios que incluyen a los países del Triángulo Norte. Por su parte, Valeria Torres, una chica colombiana y comprometida con el trabajo para los jóvenes, aportó sobre las realidades con este grupo poblacional, señalando que hay muchachos que sufren en silencio porque no se sienten acompañados, Torres también exclamó que, “Ante esta realidad, se nos hace un llamado a la conversión para ser una pastoral incluyente y sinodal, haciendo sentir que las ideas de la juventud son valiosas’’.

Retos Otro de los temas que removió a los asistentes de la Asamblea Eclesial, fue la petición de participación e inclusión de la mujer. Monseñor Ángel Garachana, presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras y representante presencial en la asamblea, exhortó a ver este momento como una mirada atrás de Aparecida pero una vista al frente para los 500 años del Jubileo Guadalupano, como una continuidad de una Iglesia en salida, no encerrada sino a disposición para que el mundo tenga vida. Esta experiencia de fe, unió en oración y en el deseo de una renovación integral, a todo el continente, dejando trazadas las acciones a tomar, observando debilidades y recalcando fortalezas.

• María Suyapa Cacho, Religiosa hondureña

“Hoy podemos comenzar con una cultura nueva con la que podemos cambiar y revertir los daños a nuestro propio entorno común. Como Iglesia, estamos llamados a sumarnos a la lucha ancestral de nuestros pueblos de este continente para que, de manera efectiva lleguemos a tener la vida plena que Jesús y nuestros antepasados quisieron para todos nosotros”.

• Mons. Miguel Cabrejos, Presidente del CELAM

“Queremos impulsar con más fuerza nuestra misión salvífica integral y seguir descubriendo los nuevos caminos para el seguimiento del Señor en América Latina y el Caribe. Había un anhelo de celebrar a nivel latinoamericano y caribeño, una asamblea grande como esta con los desafíos que Aparecida tiene y bajo el amparo de la Santísima Virgen de Guadalupe”.

• Mons. Ángel Garachana, Presidente CEH

“Debemos hacer un discernimiento comunitario de la respuesta de la Iglesia en América Latina y el Caribe, que sea creativa y que señale nuevos caminos, que haya en verdad una profunda y amplia renovación de la pastoral de la Iglesia, dejando la instalación o comodidad, respondiendo con nuevo espíritu a los retos que captamos, bajo el nuevo contexto sociocultural”.

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