“Hace un año me congelaron el sueldo, no me despidieron, pero ¿Qué gano con saber que formo parte de una empresa si no devengo sueldo? Mi hija, mi madre, que dependen de mí, deben comer y vestir”. Ese es el testimonio de “Carmen” quien por temor a represalias en su trabajo, nos pidió que omitiéramos su verdadera identidad.
Ella añade que, antes laboraba en el área de contabilidad y atención al cliente en una empresa constructora, la que a raíz de la pandemia cerró temporalmente, desde entonces ella ha tenido que buscar trabajo de lo que encuentre. “Después de ganar 10 mil lempiras, ahora con mucha suerte logro 4 mil mensuales, debo hacer rendir la comida a como dé lugar” expresó.
Realidad Esta es la difícil realidad de muchas compatriotas que, según Margarita Bueso, representante de ONU Mujeres, es uno de los grupos más afectados con la pandemia y el paso de las tormentas tropicales. Bueso, señala que el 32 por ciento de las féminas perdieron sus fuentes de empleo. En el tema sanitario, la realidad en similar o peor ya que la Secretaría de Salud maneja que del total de casos positivos de COVID-19, más de 50 por ciento pertenecen al sexo femenino.
Por su parte, Maite Matheu, representante de la organización sanitaria CARE, manifestó que uno de los sectores más afectados en donde laboraban las mujeres, es el de la maquila. Si bien, el panorama para este grupo en Honduras es complicado, no se puede obviar el trabajo que muchas realizan en su entorno para poder sobresalir en medio de tantas dificultades.