En términos de soldadura, un punteado es sujetar mediante puntos de soldadura las piezas. Un sacerdote, hace algo parecido, al entregar la Eucaristía a la feligresía, en donde se une lo divino con lo humano. Esta experiencia vive a plenitud el Padre Luis Jiménez, un joven sacerdote de la Diócesis de Comayagua.
Familia
Cuanto bien hace el testimonio de una familia verdaderamente católica en la vocación de un joven. El Presbítero Luis Jiménez, párroco de la comunidad San Pablo en Siguatepeque indica que, tras la conversión al catolicismo de su papá, en su familia se ha vivido la responsabilidad cristiana a cabalidad. Es el tercero de cinco hijos de su hogar y desde muy joven se comprometió a ser el encargado del sonido de toda la parroquia.
Esta labor le permitió compartir mucho con los sacerdotes y de ver de primera mano el trabajo apostólico que realizan. Asimismo, participaba de casi todas las misas, lo que fue provocando en su vida, ese amor a Jesús Eucaristía. Desde su infancia, siempre le apasionó la tecnología, a pesar que en ese entonces, en su lugar, era limitado el acceso a estas herramientas. Recuerda con nostalgia que, de niño, construyó un barco eléctrico con motor.
Formación
De manera gradual, fue discerniendo seguir al Señor desde el sacerdocio, mientras concluía sus estudios secundarios. Ingresó al Seminario Mayor Cristo Sumo y Eterno Sacerdote cuando apenas tenía 16 años. En esa etapa de su formación, también aprendió el oficio de soldador, con el cual hizo muchas obras para aportar fondos al Seminario. Allí mismo en el Seminario, los jóvenes pueden aprender a sembrar maíz, cortar café, carpintería entre otras acciones.
Ministerio
Tras concluir sus estudios eclesiásticos, fue ordenado diácono y su primera misión es ser secretario del obispo, además, estuvo en la Parroquia Nuestra Señora del Rosario en Comayagua. Después de ser ordenado, fue el primer párroco de la comunidad San Antonio del Norte de La Paz y actualmente se encuentra en Siguatepeque.