“Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano” (Mt. 18,15-20)

HOMILIA DEL SEÑOR ARZOBISPO PARA EL XXIII DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO

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Estas palabras de Jesús están destinadas a la primera comunidad cristiana en la que existen problemas de convivencia: hermanos que quieren ser los primeros, ofensas personales, dificultades de relación… Estas palabras de Jesús son válidas también para los cristianos de todos los tiempos que vivimos esas mismas dificultades en nuestras relaciones.

“Si tu hermano peca, repréndelo a solas”. Jesús está hablando de la vida de comunidad. Y el objetivo es “salvar al hermano” … Algunos códices griegos traducen: “si tu hermano te ofende”… Es la primera vez que se emplea el término “hermano” para designar a los miembros de la comunidad. Lo que nos relata el evangelio de hoy, es seguramente reflejo de una costumbre de la comunidad de San Mateo. Se trata de prácticas que ya se llevaban a cabo en la sinagoga. En este evangelio es muy relevante la preocupación por la vida interna de la comunidad. Los conflictos pueden surgir en cualquier momento, pero lo importante es estar preparados para superarlos.

“En el Evangelio de este domingo, Jesús nos propone, sobre todo, actuar con paciencia y con amor, acercándonos de manera personal y amistosa a quien está actuando de manera equivocada”

Son muchos los factores que constantemente deterioran nuestras relaciones en la familia, entre los compañeros de trabajo, en la pareja, en la vida de comunidad… La comunicación queda, a veces, bloqueada, sobre todo, cuando nos parece que el otro ha actuado de manera injusta y nos sentimos dolidos. La relación fundamental, la cualidad esencial entre los miembros de una comunidad, tal como ha sido querida por Jesús, es la de vivir como hermanos/as.

Jesús dice: “repréndelo a solas”. Necesitamos admitir que no siempre tenemos la lealtad de hablar primero con el propio interesado. Preferimos acudir a críticas inútiles y perjudiciales, a sembrar sospechas, a hacer descalificaciones, en vez de hablar cara a cara con la persona.  Jesús nos invita a tomar una postura positiva, orientada a salvar la relación con el hermano. Sin duda, las comunidades concretas no siempre son como quisiéramos. Hay también dificultades personales y de relación… La experiencia nos dice que las relaciones humanas no son fáciles en ningún sector de nuestra vida. Tampoco en la Iglesia ni en la pequeña comunidad a la que pertenecemos.

“Si te hace caso, has salvado a tu hermano.” No se trata de corregir al hermano echándole en cara sus defectos. Tampoco demostrarle que no tiene razón sino “salvar al otro”. ¡Cuánto bien nos hace una crítica amistosa! Necesitamos de alguien que nos ame de verdad y que nos cuestione cuando vivimos desorientados en nuestra vida.

En el Evangelio de este domingo, Jesús nos propone, sobre todo, actuar con paciencia y con amor, acercándonos de manera personal y amistosa a quien está actuando de manera equivocada; y a no dejar tampoco nuestra responsabilidad de restablecer la relación. 

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