Antes de la misa, el arzobispo de Nápoles, Domenico Battaglia, fue a la Capilla Real del Tesoro de San Genaro con Mons. Vincenzo de Gregorio, abad de la capilla y alcalde de la ciudad, Luigi De Magistris.
Battaglia abrió la caja fuerte que contenía un relicario con un frasco circular sellado lleno de sangre del obispo del siglo III. A las 10:00 de la mañana hora local, el arzobispo de 58 años llevó el relicario al altar mayor de la catedral. Battaglia movió el relicario de un lado a otro para mostrar su estado cambiado. “La sangre se ha licuado”, dijo. Lo que fue dado a conocer por medios Italianos, en las últimas horas, tras darse a conocer la licuefacción en segunda ocasión en 2021.
El milagro es “un signo del amor, la bondad y la misericordia de Dios, y de la cercanía, la amistad, la fraternidad de nuestro San Genaro”, afirmó el cardenal, añadiendo “Gloria a Dios y veneración a nuestro santo. Amén.”
Hecho que llena de mucha alegría a la feligresía de esa comunidad, siendo san Genaro, un santo de la ciudad de Nápoles, desde el siglo III, después de Cristo.
La licuefacción de la sangre de San Genaro ocurre al menos tres veces al año: la fiesta del santo del 19 de septiembre, milagro que se dio este día, el sábado anterior al primer domingo de mayo, y el 16 de diciembre, que es el aniversario de la erupción del Vesubio.
Se ha dicho que el fenómeno no es reconocido oficialmente por la Iglesia, es celebrado y aceptado localmente. Se considera una buena señal para la ciudad de Nápoles y su región de Campania.
